La semana pasada participé como ponente en las V Jornadas-Taller de formación del libro electrónico, organizadas por la UNE y el CSIC.
La charla era sobre seguridad y piratería del libro electrónico, centrada en el uso del DRM y enfocada a la implementación de los DRM sociales o blandos.
En este evento tuve la oportunidad de conocer y charlar con editores universitarios no solo sobre el tema expuesto sino sobre muchos otros.
Ha sido una agradable sorpresa comprobar la apertura mental de los editores universitarios respecto a la edición digital. Y las ganas de aprender y conocer todo lo relacionado con el mundo digital (no solo del libro).
Sobre todo, el espíritu por encontrar soluciones y alternativas antes que centrarse en las dificultades y problemas; una característica difícil de encontrar en el sector del libro tradicional; (especialmente, en aquellos que podrían marcar una diferencia y gestar tendencia dentro del sector del libro).
Dado que prácticamente no existe bibliografía en castellano sobre los DRM sociales o blandos —o yo no he sabido encontrarla— aplicada a libros digitales he recurrido a varios artículos en inglés.
Estos artículos, por lo general, abordan los DRM en productos multimedia (películas, series, etc.) y la música.
Por tanto, si encuentras alguna información incorrecta o poco clara, te agradeceré me lo hagas saber para seguir averiguando sobre el tema.
Tanto la marca de agua (watermarking) como la huella digital (fingerprinting), frente a los DRM duros de Adobe, Apple, Amazon y Barnes & Noble, se distinguen por:
- Asociar un libro digital a un usuario.
- No asociar un libro digital a un dispositivo.
- Permitir el préstamo y la copia del libro digital a otro usuario.
- No requerir conocimientos técnicos por parte del usuario (como sí sucede para instalar Adobe Digital Editions y resolver los posibles errores de autentificación).
- Utilizar cualquier programa para leer libros digitales (Calibre, IceCream, Sigil o cualquier aplicación de lectura de ebooks).
- Poseer un coste adicional para los productores y distribuidores de contenido.
- Permitir la identificación del contenido en caso de distribución ilegal.
- Generar estadísticas sobre el consumo del producto digital.
- Ser accesible para personas con discapacidades, ya que permite la conversión del archivo y su adaptación a distintos soportes.
Ambos sistemas constituyen un mecanismo:
- para defender los derechos de autor de los titulares de tales derechos;
- intentan la prevención del delito a través de la disuasión (¿quién querría que un ebook circulara por Internet asociado a sus datos?);
- la identificación del contenido en el caso de uso indebido, ya que pueden realizar seguimiento del uso y de acceso al producto digital; además de verificar la identidad y la autenticidad del propietario de un libro electrónico.
Marca de agua (watermarking)
El sistema conocido como marca de agua (watermarking) se caracteriza por introducir una información específica en un libro digital, unos datos relacionados al usuario y/o la compra del producto.
La marca de agua es como un tatuaje y puede ser visible o invisible. Un tatuaje realizado sobre la piel puede estar a la vista o cubierto por la ropa. Aunque el tatuaje esté tapado por la vestimenta, este continúa estando grabado en la piel. Y lo mismo sucede con la marca de agua según se determine que esta sea visible o no para el usuario.
También pueden emplearse ambas opciones de modo combinado: una identificación visible para el lector —como el correo electrónico del comprador y/o la IP—; más otra identificación invisible —como un número de serie, fecha de descarga, IP, datos relativos a los derechos de autor, códigos de barras, etc.— incrustada mediante alguna técnica esteganográfica.
La marca de agua puede ser robusta, semi-robusta o frágil, según las reglas o parámetros que el productor del contenido (autor, editorial, distribuidor o librería) aplique en un libro digital.
Puedes ver un ejemplo de marca de agua en un libro digital de Seebook haciendo clic en el enlace.
Huella digital (fingerprinting)
A diferencia de la marca de agua, el sistema de huella digital no incrusta información del usuario/comprador, sino que analiza el contenido para determinar sus características únicas. Funciona igual que el sistema biométrico de huella dactilar del ser humano: cada persona posee una huella dactilar única e irrepetible.
Lo que hace el sistema de huella digital es determinar un patrón específico del contenido del producto digital que, posteriormente, servirá para su identificación. La huella dactilar es invisible para el lector, ya que no se imprimen sus datos en él y además no puede determinar cuál es el patrón específico de ese producto digital.
Traducido a los libros digitales, este sistema buscaría características únicas de cada libro digital para establecer un patrón.
Pero ¿cómo hacer que cada producto digital, que cada libro electrónico, sea único si el contenido es el mismo? Esto es posible mediante la adición o generación de estas características exclusivas, como ser el cambio de una coma por un punto y coma, la búsqueda de dobles espacios o la adición de estos, modificando o detectando las marcas ocultas, intercambiando palabras, etc. Tal es el caso de SiDiM.
Todo lo anterior requiere de una base de datos para almacenar estos patrones. Esta base de datos será útil para contrastar estos patrones con el contenido que se encuentra distribuido de manera ilegal en Internet y asociarlo al comprador.
Un problema que presenta la huella digital es que al ser más complicada su implementación es un sistema considerablemente más caro que la marca de agua porque requiere de un servicio de terceros, o varios, para rastrear los patrones y brindar información de control de acceso al archivo.
En el caso de la marca de agua, la misma editorial puede establecer un sistema de identificación de contenido o bien contratar a una empresa para que lo realice.
De forma gráfica, la diferencia entre marca de agua y huella digital podría presentarse de la siguiente manera:
En la marca de agua un mismo archivo recibe diferente información: el correo electrónico del comprador, el día y la hora de compra, la IP desde la cuál se realizó la compra, etc. En la huella digital cada archivo es único y se asocia también a un comprador, a la compra del libro, etc.
La principal diferencia entre estos dos DRM sociales radica en que distintas marcas de agua pueden estamparse en un mismo archivo.
Por su parte, la huella digital requiere ser identificada archivo a archivos y, por ello, necesita tantos archivos como compradores de ebooks.
Algunos podrán argumentar que estos tipos de DRM sociales pueden atentar contra la privacidad del lector. Sobre todo porque algunos datos personales son requeridos a la hora de la compra del libro; como la dirección de su correo electrónico o la asociación de la compra del libro digital a un usuario específico. De hecho, esta fue unas de las preguntas que me hicieron en las jornadas.
Es cierto que la privacidad es un tema a tratar con seriedad. Pero cuando se presentan tantos reparos a facilitar datos personales para comprar libros digitales, mi pregunta es: ¿qué producto o servicio digital no solicita datos personales?
La compra de cualquier producto (un billete de avión, indumentaria, productos financieros, etc.) a través de una tienda online requiere datos personales y, en algunos casos, muchos más que el correo electrónico (por ejemplo, Google Play solicita un método de pago aunque se vaya a descargar una aplicación gratuita).
Entonces, ¿por qué la compra de un libro electrónico debería ser diferente a otro producto digital?
¿Acaso no damos nuestros datos personales a cambio de descargas gratuitas de ebooks, plugins, recursos gráficos, etc., que se ofrecen en múltiples blogs y páginas web, sin reparar en la cesión de los datos personales?
¿Acaso no compartimos publicaciones en Facebook, Twitter, redes de lectura y blogs? Eso también es data y más completa que facilitar un correo para comprar un libro digital.
Nos guste o no, como sostiene Antonio Adsuar, todos estamos datificados. El mundo digital es sinónimo de datos y, cada vez más, big data.
Hoy recibí un correo de «la Xarxa de biblioteques de la diputació» para que sepa que hay el servicio eBiblioteca. He entrado con mi usuario de la Xarxa, pero iba muy lento y en las categorias no me cargaba nada; tampoco en el iPad estaba la supuesta app de eBiblio catalunya, pero sí de otras comunidades. Este sistema en las instrucciones dice que te bajas un archivo de editions; osea DRM. En google es facilisimo localizar un plugin para lector de ebooks que le quita eso, no se! si con estos otros sistemas es diferente el tema; pero me parece tontuno lo que estan haciendo, de hecho ya suena extraño que sea como un prestamo con reservas de otros usuarios, etc… ¿tu que piensas Mariana?
El DRM en el préstamo bibliotecario es diferentes, porque incluye, un tiempo de caducidad del préstamo, por ejemplo, 15 días. Sí es cierto que no tiene demasiado sentido eso de que un usuario tenga que esperar a que otro usuario «devuelva» el libro, y aquí entramos en un tema de licencias. El tema esta da para miles de entradas. Yo no conozco en profundidad esta cuestión, pero en Antinomias libros encuentras información y también en verba volant, scripta manent.
El DRM de Adobe, que es el más utilizado no sirve. Es más fácil piratear un libro que comprarlo. Más info sobre DRM en Tipos de DRM: DRM social o blando versus DRM duro.
Al principio pensé que era para loguearte, marcar libro y leerlo en la web, luego que seria lo mismo con una app. Pero al ver en instrucciones opción de descargar ahi ya me pareció extraño; lo primero tiene sentido en el formato 15 dias y se desactiva en la propia web o app la visualización del ebook; asi el libro lo descargas ¿que sentido tiene devolverlo? ¿lo borras? ¿lo desactivan con el DRM o que narices?
El DRM me parece un gran error. No puedes vender al lector un archivo que es mucho peor que el que pueda descargarse. Descargar un epub libre siempre va a ser más cómodo para el usuario y su lectura. El comercio electrónico de libros ya está bastante mal como para encima poner trabas.
Justamente, una de las características del DRM blando no pone trabas al lector ni a la lectura.
Entonces, ¿quién se encarga de aplicar la huella digital? ¿El editor o el retailer que vende el libro? ¿Si es el editor, qué costo tiene? Si fuera muy caro, marcaría una diferencia grande entre editores con muchos o pocos recursos.
Por lo general, quien decide si incluir DRM o no en los libros digitales es el editor. Sin embargo, hubo un tiempo en el que las tiendas (Amazon, Apple, etc.) establecían DRM para todos sus productos digitales independientemente del editor. A raíz de la impopularidad del DRM ahora estas plataformas permiten que sea el editor o autor quien decida si quiere incluir DRM o no en sus productos digitales. Puede que alguna tienda online todavía obligue a incluir DRM en sus productos. El coste del DRM depende de la empresa que lo provea y se lo cobra a quien lo aplique.
Muy Buenas Noches, necesito informacion de como implementar algun sistema de huellas digitales para mis archivos .pdf que vendo en linea, en donde pueda incluir el nombre o algunos datos mas de mi comprador, para evitar la distribucion desautorizada de mi contenido, y mi correspondiente perdida economica.
Tiene que buscar empresas que se dediquen a ello y consultarles sobre procedimientos, implementación y costes. En Digital Watermarking Alliance encuentra unas cantas.
Hola Mariana muy interesante tu blog me ha sacado de algunas dudas. Como alguien nuevo e interesado en este tema, he escuchado que si desarrollo mis publicaciones con XML, puedo incluir una especie de marca de agua que es invisible para el usuario final pero que permitiría ubicarlo en internet. He buscado pero no he visto este desarrollo o alguien que lo haya implementado.
El DRM lo suelen poner las tiendas de venta de ebooks y hay muchas empresas que ofrecen el sistema de watermaking para productos digitales: Imatag, Digimarc, etc. En inglés encontrarás documentación; en castellano lo dudo.
Buenos días,
He recibido un temario de oposiciones en soporte físico (no digital) el cual lleva estampado una marca de agua con el nombre de la academia y cuyo tamaño y posición incomoda para el estudio de su contenido. Es decir, la marca de agua ocupa toda la hoja y, aunque permite la visibilidad de todo el contenido, lo cierto es que dificulta el estudio del mismo.
En teoría, es un material editado. Mi pregunta es: ¿es legal que un temario editado y registrado se venda así? ¿Hay alguna ley que avale tal edición? Es decir, ¿estaría prohibida su reproducción si contiene esa marca de agua tal y como ha quedado explicada?
Muchas gracias.
1. Sí, es legal; cada editor puede publicar bajo los criterios estéticos que quiera aunque no sean los más prácticos y adecuados.
2. No hay leyes que obliguen a editar y publicar de una determinada forma.
3. Con o sin marca de agua, si el contenido está protegido por derechos de autor (seguro que así es) no se puede reproducir sin el consentimiento por escrito del titular de esos derechos.