En una entrada anterior escribí sobre la maquetación de una publicación con diferentes idiomas e hice mención a lo importante que es maquetar idiomas distintos en capas.

En algunos casos, incluso es un requisito de la imprenta que así sea si no se envían los archivos en PDF.

Por experiencia, puedo decir que maquetar o no distintos idiomas en diferentes capas en un mismo archivo depende en gran medida del tipo de publicación que se esté maquetando.

En algunos casos es una solución, en otros un modo de organización y en otros puede resultar en un dolor de cabeza.

Conviene diferenciar dos casos: la maquetación de una publicación que contiene dos o más idiomas de la maquetación que primero se realiza en un idioma y luego se hace otra versión en otro idioma.

En el primer caso, hacemos referencia a un mismo archivo con dos o tres idiomas y, en el segundo caso, a dos archivos, uno en cada idioma, con lo cual el resultado final es el mismo libro, en diferentes archivos, con distintos idiomas y que el resultante es ejemplares diferentes.

Maquetar con capas

Es una excelente opción en estos casos:

1. En publicaciones con dos o tres idiomas en un mismo archivo

En este caso, la maquetación en capas permitirá, especialmente, la organización del documento y trabajar cada idioma en su capa; aunque perfectamente se pueden maquetar todos los idiomas en una misma capa.

Esto se hace asignando a los cuadros de texto respectivos el idioma que le corresponde para que los diccionarios funcionen correctamente.

Para poder maquetar varios idiomas con capas en un mismo archivo es importante que el espacio para colocar el texto tenga posibilidad de extenderse en sentido vertical; es decir, un espacio donde pueda incluirse tanto un texto corto como otro más largo.

Esto es vital debido que los idiomas que se maquetan tienen diferentes extensión, ya que incluso en idiomas latinos la extensión varía, aunque sea en una sola línea.

2. En publicaciones que incluyen muchos idiomas y cada capa permite distinguir entre grupos de ellos

Este es caso de libros que se maquetan, por ejemplo, en doce idiomas.

Ejemplo de libro con maquetación en tres idiomas, por LoftPublications, utilizando el panel capas de Indesign

Ejemplo de libro con maquetación en tres idiomas utilizando el panel capas de InDesign

En publicaciones de arquitectura, diseño, interiorismo y fotografía es una práctica habitual maquetar por grupos de idiomas con algún denominador común.

Así, se usa una capa “latina” para maquetar en un mismo archivo el idioma español, el francés, el italiano y el portugués; otra capa que puede llamarse “anglosajona” para el holandés, el alemán, el inglés; y otra “nórdica” para el noruego, el sueco, el finés y el islandés.

Estas publicaciones suelen tener una gran tirada y ser producidas por packagers para diferentes sellos editoriales de varios países y, por lo general, se imprimen en China.

Como resultado final, se obtienen tres ediciones —producidas desde un mismo archivo—. Cada capa aparece reflejada en cada edición y todos comparten las imágenes.

Copiar y pegar

En otros casos, la mejor solución será recurrir al copy-paste de toda la vida. Para ello, se duplica el archivo original en el que se maquetó el primer idioma; luego se copia el texto del documento donde se encuentra la traducción y se pega en el nuevo archivo.

Por supuesto, también se puede colocar el archivo con la traducción en InDesign y remaquetarlo. Esto, básicamente, depende del gusto y la comodidad de quien maqueta.

En publicaciones como libros de texto y enciclopedias ilustradas el copy-paste puede ser una solución viable; ya que la extensión de los textos y la cantidad de imágenes, recuadros, destacados y ladillos pueden transformarse en un caos si se maqueta en distintas capas.

Por ejemplo, si hay texto dentro de un recuadro este cambiará de forma si el texto del nuevo idioma es más largo o más corto.

O si la publicación contiene cuadros sinópticos algunos de sus campos deberán agrandarse o achicarse por la extensión del texto; y así con otras figuras, formas o recursos que estén en la publicación.

Copiar-pegar también devendrá en un recurso útil en casos donde los números no están incluidos en traducción.

Los números, si están escritos en cifras no se traducen; siempre que en los idiomas en cuestión se use la misma grafía (para entendernos, no hablamos del hebreo, el chino, el japonés o el árabe).

Según se haya convenido con el traductor —especialmente en cuanto a coste—, este puede incluir o no los números (que no se traducen, pero se pican/tipean y esto significa tiempo) que encuentra en el idioma original en el documento traducido. Aquí “copiar y pegar” prácticamente se transforma en la única opción viable para rentabilizar el tiempo.

Finalmente, si se maqueta un documento que solo contiene texto en un nuevo idioma, como una novela, considero que la mejor alternativa es crear un nuevo archivo y comenzar de cero.

La extensión del documento variará considerablemente por el cambio de idioma. Incluso la disposición de las diferentes partes del libro pueden estar en distinto lugar o incluir otras secciones.

Si se quieren conservar los estilos de párrafo del archivo maquetado en el primer idioma, solo hay que cargar estos estilos en el nuevo documento.

¿Conoces alguna otra alternativa, idea o solución para maquetar con capas y con diferentes idiomas?


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