¿Qué es y qué función cumple un packager editorial en el mercado del libro? ¿Cuál es su rol frente a las editoriales y empresas de servicios editoriales? Esto es lo que intento explicar en esta entrada.
En este blog ya he escrito sobre editoriales tradicionales, editoriales digitales, editoriales de coedición, sobre servicios editoriales. Llegó el momento de la figura del packager editorial, otro actor que interviene en la producción de publicaciones.
La traducción del idioma inglés sería “empaquetador” —o “empaquetador de libro” si se considera la expresión book packager—.
Sin embargo, no es una traducción que transmita la esencia o describa qué es un packager de libros. Porque este no se limita a “empaquetar” una publicación como si se tratara de envolverla.
El packager editorial es una empresa que realiza todos los procesos de producción de un libro para un sello editorial.
Es decir, que un packager realiza las mismas labores que hace una editorial tradicional a excepción de los procesos de distribución y comercialización.
Dos caminos para transitar
La relación entre packager y editorial puede establecerse en dos sentidos.
1. Una editorial encarga a un packager la realización de una determinada publicación y le paga por ese trabajo.
2. Un packager desarrolla un proyecto editorial por su cuenta y luego lo ofrece a una editorial (o varias) por un determinado precio.
Inicio de la página web del packager editorial HurleyMedia. La sección FAQs está destinada a explicar cómo trabaja un packager.
Primera opción
La editorial puede realizar el encargo de producción de una obra con un presupuesto establecido mediante un escandallo y el packager debe ajustarse a ese presupuesto.
El packager es quien realiza los cálculos necesarios para producir la obra. Luego, le informa al cliente el valor de producción del libro para que este evalúe la viabilidad de publicar el proyecto.
Las editoriales que más trabajan con packagers son aquellas que publican libros de diferentes temáticas en sus catálogos.
Si una editorial publica muchos libros de temáticas disímiles le resulta muy caro tener en plantilla a profesionales especializados en cada área, amén del trabajo que requiere editar y producir cada libro.
Al contar con packagers como proveedores de servicios, la editorial puede ahorrar costes y encargar la producción de algunos libros a estas empresas especializadas.
Segunda opción
El packager es quien genera y controla todos los costes de producción del libro. Y sobre esta base establecerá un precio de venta para el proyecto que va a desarrollar y generar.
Un vez definido el libro y avanzada la producción se lo ofrece a las editoriales que publican obras del estilo del proyecto. Se vende el pack cerrado y la editorial compra el producto terminado.
También es habitual que el packager ofrezca el libro a diferentes editoriales de distintos países, porque de esta forma capitaliza más rápido la inversión que ha hecho en su producción.
Una práctica estándar es comenzar la producción del libro cuando ya se ha vendido a varias editoriales o bien se ha establecido un acuerdo de coedición.
¿Qué tareas realiza un packager editorial?
En un caso y en otro, el packager hará de coordinador editorial pero también de editor, porque entre las tareas editoriales que desarrolla se encuentran:
- la ideación y conceptualización de la obra a publicar (en especial en la segunda situación);
- el control de costes y la gestión de presupuestos;
- la gestión de los derechos de propiedad intelectual del contenido del libro (textos, imágenes, ilustraciones, etc.);
- la creación, documentación, redacción y edición de los textos y las imágenes;
- la traducción y diferentes adaptaciones (si las hubiere);
- las correcciones de estilo y las correcciones ortotipográficas;
- las revisiones de la traducción, de las correcciones y de las pruebas de impresión;
- el desarrollo del diseño interno y externo del libro;
- la creación de la cubierta, contracubierta y lomo, y sobrecubierta, si el libro lo lleva;
- la maquetación interior;
- la gestión de la impresión de ejemplares;
- el control de calidad de la impresión, y
- la entrega de los ejemplares a la editorial.
El packager editorial puede subcontratar proveedores —colaboradores externos freelance u otras empresas— para llevar a cabo todas estas tareas.
El proveedor externo más común es el impresor, ya que por lo general el packager no cuenta con imprenta propia.
Lo habitual es que coordine la impresión de los ejemplares del libro con otras editoriales extranjeras que realizan coedición internacional.
Diferencia con otras empresas del sector
Entonces, un packager ¿en qué se diferencia de una empresa de servicios editoriales? ¿Y de una editorial? La empresa de servicios editoriales realiza determinadas labores de edición para una editorial.
Ellas son la traducción, la corrección, las revisiones, la maquetación y a veces también el cotejo de plotters de impresión.
No se encarga de idear el producto editorial ni de desarrollarlo, tampoco de la impresión. El packagers, por su parte, se encarga de todos los procesos de producción de un libro.
Es el responsable desde la concepción del contenido hasta la impresión de los ejemplares que luego entrega al cliente.
La diferencia entre un packager y una editorial radica en que esta posee un canal de comercialización y venta que el packager no tiene.
La editorial trabaja con distribuidores mayoristas que ubicarán los libros en diferentes librerías o tiendas para su venta.
En tanto que el packager se encarga de la producción, la editorial también tiene a su cargo la comercialización y venta del producto a través de un distribuidor.
El packager editorial también puede realizar publicaciones institucionales, ya que posee los medios y el know-how para hacerlo.
Al igual que las publicaciones corporativas, las institucionales no suelen utilizar un canal de comercialización y venta como lo hace una editorial.
La función del packager en relación a un empresa de servicios editoriales, una editorial o cualquier otra organización pueden variar.
Todo depende de la relación contractual que establezcan y de las debilidades y fortalezas de cada una de estas empresas posean y puedan aportar al proceso de edición y publicación de un libro.
Más información en sobre qué es un packager editorial en: Un Tebeo con otro nombre, American Book Producers Association y HurleyMedia LLC.
Un post buenísimo e imprescindible para entender cuáles son las funciones de los packagers. Felicidades, Mariana!
¡Gracias Rosa!
Muchas gracias por el artículo, Mariana. Me ha resultado muy interesante, sobre todo en lo que concierne a la diferencia entre un «packager» editorial y una agencia de servicios editoriales. En el ámbito del turismo también se usa este anglicismo para referirse a las agencias mayoristas de viajes, los «turoperadores» (término, por cierto, que a pesar de ser reconocido en el «Diccionario panhispánico de dudas» (http://lema.rae.es/dpd/?key=turoperador) y bendecido por la Fundéu (http://www.fundeu.es/recomendacion/turoperador-mejor-que-tour-operador/), no ha sido recogido por la RAE en la 23.ª edición de su Diccionario, que se publicará en octubre). Me pregunto, no obstante, si no existe algún término medianamente asentado en español para denominar este tipo de empresas o servicios. Y si no es así, ¿por que no se puede asumir en la expresión «servicios editoriales» la labor de los «páckagers»? Al fin y al cabo, y según tu propio artículo, lo único que diferencia a unos de los otros es la conceptualización e ideación del proyecto editorial, porque muchos «packagers», como ya adviertes, también tienen que subcontratar la impresión. Pero ¿no existen empresas o agencias denominadas «de servicios editoriales» -o, si se quiere, «de servicios editoriales integrales»- que también puedan ofrecer la concepción de la obra y su producción completa, incluida la impresión? Y es que preferiría evitar el extranjerismo…
Muchas gracias y enhorabuena por tu artículo y por tu fantástica web.
Saludos,
Jaime
Hola Jaime. Muchas gracias por tu aportación, por visitar mi blog y comentar.
El tema de los extranjerismos es algo que en la edición «arrastramos» del inglés y, como dices, estaría bien encontrar una palabra que defina más a este tipo de empresas.
Trabajo habitualmente con empresas de servicios editoriales y he trabajado con packagers y la diferencia más importante que he notado está en la fase inicial y en la final. En la empresa de servicios editoriales, el proyecto llega «cerrado» y se efectúan los servicios editoriales tradicionales (traducción, corrección, revisiones, algunas veces diseño exterior, maquetación, remaquetación y a veces la coordinación de la impresión, pero no siempre); no hay definición de contenidos ni gestión de derechos para la publicación. En el caso del packager, sí hay —en los trabajos que no sean por un encargo específico— conceptualización de posibles proyectos, formas de abordarlos y discusiones entorno a él para generar un producto editorial nuevo, incluso la coordinación con otras editoriales extranjeras (cuando hay coedición) y la gestión de la impresión.
Independientemente de la definición o etiqueta que pongamos, sí es cierto que cada vez se ofrecen más servicios integrales al cliente (yo misma lo hago), porque el cliente no quiere trabajar con dos o tres profesionales sino que desea que uno solo resuelva su necesidad de comunicación. Y esta situación, a mi parecer, es beneficiosa para ambas partes.
Como dice Jaume en el siguiente comentario también hay empresas que ofrecen servicios editoriales o similares y no se denominan como tales. Al fin lo más importante es la calidad del servicio y que el cliente quede satisfecho con el trabajo y la atención recibida.
En este caso, las etiquetas, los nombres, las categorías, etc. sirven para orientar, para informar, para dar una idea, aunque son flexibles y abiertas a interpretaciones, y todas las interpretaciones y perspectivas son válidas.
¡Saludos!
Gracias, Mariana; gracias, Jaume:
Entiendo, entonces, por lo que dices, que un hablante de español no incurriría en un error conceptual ni idiomático si se refiriese a los «packagers» como «servicios editoriales integrales»… ¿O consideras que esta denominación podría causar confusión entre los lectores especializados, loa expertos en servicios editoriales, los editores, etc.? Y perdona que insista, pero estoy especialmente interesado en evitar extranjerismos innecesarios o en adaptarlos al español -en este caso, supongo que «packager» haría «pákayer»-; de hecho, administro el grupo «Mejor en español (but if it doesn’t come naturally leave it…)» de LinkedIn (http://linkd.in/1mJjGzC), que, por supuesto, os invito a visitar y a participar en él. Y es que, si bien es cierto, como dices, que «[…] las etiquetas, los nombres, las categorías, etc. sirven para orientar, para informar, para dar una idea, aunque son flexibles y abiertas a interpretaciones…», no creo, sin embargo, que, como también dices «todas las interpretaciones y perspectivas son válidas». Cuanto más específico sea un término, principalmente en ámbitos técnicos y profesionales, como el que nos ocupa, mejor será la comunicación entre sus usuarios…
¡Gracias!
«Servicios editoriales integrales» sería una definición acertada que creo aplica bien y otra —ahora que lo pienso bien— es «editor externo», más abarcativa. ¡Hay que preguntárselo a la Fundéu! Cuando me respondan publicaré la respuesta aquí 🙂
Pregunté a Fundéu sobre «Editor externo o Servicios editoriales integrales» y responden lo siguiente: «La verdad es que nos inclinaríamos más por la segunda opción, porque resulta menos ambigua: empresa de servicios editoriales (integrales)» [que editor externo].
Claro, qué iban a decir, si han sido compañeros míos durante ocho años… ;-).
Por cierto, he estado mirando en la web y creo que la idea de «packager» se acerca más al concepto de intermediario, de subcontrata o tercerización, que al de «servicios editoriales», ya sean estos integrales o parciales.
Hay «packagers» editoriales, publicitarios, turísticos, informáticos…, y en todos los casos sus funciones consisten en dejar listo un producto o servicio por encargo (empaquetarlo y ponerle un lazo) para que sea comercializado o distribuido por terceros.
Así, quizá, se podría hablar de subcontratistas editoriales, informáticos, publicitarios…, u optar por la palabra «servicios», sin más…
Efectivamente Jaime, una empresa de servicios editoriales es un packager. No conozco ninguna que no ofrezca lo mismo descrito aquí como packager, aunque es verdad que muchas empresas que no son de servicios editoriales (consultoras, talleres de composición, agencias de corrección, agencias literarias, etc.) se autodenominan como tales.
Analizándolo desde el punto de vista de marketing, se trata de un operador que se encarga de las etapas previas a la publicación y distribución. Es un gerente de proyecto, quien contrata a proveedores para cada una de las etapas (o puede hacerlo él mismo).
Muchas gracias por la información y aclaración Frida. Saludos
Excelente aporte, sos una gran profesional!!!!!