Los autores y los editores saben que definir títulos para un libro puede llegar a ser una tarea titánica.

Encontrar el título ideal para una publicación es complicado y a veces hasta tedioso. Se trate de ficción o de no ficción, dar la frase idónea para titular puede ser una labor difícil.

Varios factores intervienen en la redacción de un título. Lo primero y fundamental, como siempre, es el contenido; es decir, definir qué se dice y cómo se dice, con qué palabras, expresiones, entonación, etc.

Luego, una vez acabada la redacción, llega el momento de analizar cómo presentar ese contenido para que luzca y destaque.

El copywriting es un gran aliado a la hora de escribir titulares para libros. Más hoy que, además del título propiamente dicho, hay que pensar en el posicionamiento web y las palabras clave para la encontrabilidad de la obra.

Así y todo, el arte de titular no se limita al nombre del libro. Este es el que se verá primero y en la cubierta; sin embargo, dentro del libro hay muchos más títulos que también merecen atención.

Definir el sumario del libro y los títulos en un libro de no ficción también es un trabajo arduo. Sobre todo, porque los títulos tienen una función orientativa.

Es decir, sitúan al lector en un determinado contenido, lo orientan. Los títulos indican en qué lugar del libro está una determinada información; son una especie de timón de la información.

Cómo elegir el mejor título para un libro

Esta pregunta no puede responderse de manera unívoca, ya que debe acotarse a un libro específico —y su universo— para poder hacerlo.

Esta es una inquietud que no tiene una sola respuesta debido a que depende de una multitud de factores. Algunos de ellos son:

  • el tipo de libro (novela, ensayo, manual, tesis, etc.);
  • el público al que va dirigido;
  • con quién se publica: una editorial tradicional tiene un catálogo que respetar y en el que el libro debe encajar;
  • la consulta de otros títulos que ya tienen ISBN (para no repetir ni que se confundan entre ellos);
  • si es parte de una trilogía o colección;
  • si solo se le hace caso a los títulos que forman el ranking de bestsellers de Amazon;
  • las benditas palabras clave: para posicionar el libro y/o al autor como experto en un tema;
  • si se es consecuente entre lo que se promete y lo que el lector encuentra en el libro;
  • romper el paradigma y titular de modo extraño o gracioso;
  • y un etcétera largo que excede esta entrada.

Teniendo en cuenta lo anterior, trabajar en la redacción de un título no es “soplar y hacer botella”.

Sí, hay algunas cuestiones en el modo de titular que un editor avezado no dejará que aparezcan en sus libros.

No son manías del editor, son recursos de la lengua y cuidados editoriales, probados durante años, que funcionan. Y por eso continúan aplicándose, porque siguen demostrando que facilitan la legibilidad y comprensión de un texto.

Los signos ortográficos en los títulos de un libro

En general, evita el exceso de los signos de puntuación y auxiliares en los títulos. Digo el exceso, no que evites usar los signos ortográficos.

Estos signos no están vetados en los títulos de un libro, siempre que se utilicen con sentido común. Digamos que todo en su justa medida.

Lo que no resulta agradable es enfatizar todos y cada uno de los títulos con comillas, signos de exclamación y de interrogación. O con puntos suspensivos, asteriscos, corchetes o llaves para “llamar la atención”.

Cuidado, porque la llamada de atención puede acabar siendo un carnaval de grafías sin sentido alguno. Y esto, lejos de dar énfasis al título, lo ahoga y le quita vitalidad.

Por tanto:

  • Evita subrayar los títulos. Cortan las letras descendentes y, además, en digital indican enlace a una URL.
  • No pongas punto final en los títulos. Queremos que el lector siga leyendo, no que dé sensación de final.
  • Elude poner todo el título en mayúsculas. Analiza si realmente es pertinente emplear todas las letras en mayúscula, porque dificultan la lectura.
  • Analiza si vale la pena el uso de cursivas y versales en los títulos según su jerarquía y su función.
  • No pongas mayúscula inicial a cada palabra del título. Es un recurso ilegible: la alternancia de mayúsculas y minúsculas en un título lo hace muy difícil de leer. (Además de ser horroroso, denota poco conocimiento de nuestro idioma).
  • No alargues ni estrujes las palabras. Un espacio entre letras apretado o excesivo hará que los títulos se vean y lean mal. Si necesitas dos líneas para el título, úsalas.
  • Revisa la extensión de los títulos y el largo de las líneas. Más de diez palabras, en los títulos de un libro (cambia si es una revista) puede resultar excesivo y no aportar valor.

Todo aquello que aumente la dificultad de leer, quite legibilidad y demande esfuerzo extra al lector es una invitación a dejar de leer y cerrar el libro.

La elección de la fuente y las características del estilo

Esta es una de las primeras preguntas a las que se enfrenta un diseñador editorial. ¿Qué tipografía elegir para los títulos de un libro?

Como siempre, la dificultad está dada por el tipo de libro a editar. Una novela o un ensayo requerirán de menos títulos que una enciclopedia o un fascículo coleccionable.

La cantidad de elementos gráficos, cada uno con sus respectivos títulos, hace que una publicación sea más compleja que otra.

Así y todo, la elección de la fuente debe ser uniforme en todos los títulos y mantener una relación entre ellos.

Esta relación no solo está dada por el tipo de fuente, sino también por el tamaño de esta. Y por el color que se aplique a los títulos.

Tipografías serif versus sans serifPor ejemplo, se elige una tipografía sans serif para los títulos del texto principal. Una forma de orientar al lector es utilizar la misma fuente con otro tamaño y color para los elementos gráficos.

En esta entrada escribí sobre la versatilidad que las tipografías sin remates tienen para los títulos. Pero no todos los títulos tienen que estar sí o sí escritos en fuentes sans serif. Es una opción, pero no la única.

Otro ejemplo es emplear una tipografía serif con un color y tamaño determinados para el título principal, y reservar una sans serif para los títulos de los elementos gráficos.

El tamaño, la variante, el peso y el color de la fuente son características determinantes en los títulos de los libros. Estas particularidades darán carácter al título y permitirán jerarquizarlo.

La jerarquía de los títulos de un libro

En un libro de no ficción es importante diferenciar la relación de aspecto entre los títulos. Es decir, se vuelve necesario jerarquizarlos; saber cuál es el título de nivel uno, cuál el de nivel dos, etc.

El título de nivel uno debe diferenciarse del dos y estos dos, a su vez, de los demás. Y hacerlo de modo independiente.

Si vemos los títulos de diferentes niveles uno detrás de otro es más fácil distinguir el nivel jerárquico que tienen.

Sin embargo, si los distintos niveles de títulos están alternados entre el texto, sin referencia cercana con los demás, podrían confundirse unos con otros, y el lector no identificar el rango del título.

En resumen: el título 2 debe ser identificable por sí mismo del título 1 y del 3, y de otros que haya.

Ejemplo de cuatro tipos de niveles

 

Y hay que cuidar que el título de un elemento gráfico, por ejemplo, no se confunda con un epígrafe del texto principal.

Para ello, contamos con recursos tipográficos —algunos ya mencionados— como:

  • el tamaño y color de la fuente;
  • la alineación del título en la página y respecto al texto que lo sucede;
  • las variantes: cursivas, negrita y cursiva negrita, además de la redonda;
  • los pesos: thin, light, book, regular, medium, condensed, semi- condensed, semi-bold, bold, extra-bold, black, extra-black.

Prácticamente, todas las fuentes tienen las cuatro variantes mencionadas, pero no los pesos. Para una novela es suficiente cualquier tipografía con redonda y cursivas. En cambio, en un libro complejo serán necesarias fuentes con diferentes pesos para evitar usar muchas tipografías.

Títulos numerados

Además de la fuente y algunas variantes, las tesis, los libros académicos, científico-técnicos, y algunos informes y ensayos, cuentan con la ayuda de las listas numeradas.

En estos casos son títulos numerados que facilitan la organización del contenido. Así, encontramos que “1.” encabeza y es el nivel de título uno; “1.1.” es el nivel de título dos, “1.1.1.” es el nivel de título tres, etc.

Aunque se empleen los números como guía, también es importante que a nivel visual se diferencia un título de otro gracias a los recursos tipográficos.

Ejemplo de títulos numerados

Elaborar un plan tipográfico y un plan de color para una publicación es de gran ayuda, más cuando el libro tiene contenido variado.

Recuerda que los títulos no son un adorno ni un cartel. Tienen una función y, una vez identificada cuál es, según el tipo de libro, hay que vestirlo de manera adecuada y elegante.


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