Las publicaciones corporativas son un elemento de comunicación eficaz de las empresas. Las utilizan para dar a conocer su labor y fortalecer la marca, hacia fuera y hacia adentro de la entidad.

El objetivo de estas publicaciones es transmitir una imagen positiva de la empresa, sus valores y su cultura corporativa.

Según el tipo de público que tienen como target, podríamos dividir las publicaciones corporativas en:

  • Publicaciones internas. Son las dirigidas hacia adentro de la organización, a los empleados, al consejo de administración, de dirección, a la red comercial, etc., y
  • Publicaciones externas. Aquellas dirigidas al público en general, a los proveedores y a los clientes.

Unas y otras publicaciones tienen características y funciones diferentes. La clave radica en que la información que ofrecen varía según el público al que va dirigido.

No es lo mismo informar a los empleados sobre el plan de pensiones que otorga la empresa que comunicar a los clientes o potenciales compradores sobre un producto.

Tanto las publicaciones corporativas internas como externas deben tener como objetivo informar. Pero también estimular el feedback, el intercambio y la interacción entre la empresa, los empleados y los clientes.

Hasta hace unos años, la importancia que se le daba a las publicaciones internas era menor que a las externas. Sin embargo, esto ha cambiado y la comunicación hacia dentro de la organización ha cobrado gran importancia.

La presentación de las publicaciones corporativas

Rafael Muñiz González en Marketing en el Siglo XXI. 3ª Edición sostiene:

«Para aumentar la eficacia del equipo humano (…) ha de sentirse a gusto e integrado dentro de su organización y esto sólo es posible si los trabajadores están informados, conocen los diferentes entramados de la compañía, su misión, su filosofía, sus valores, su estrategia, se sienten parte de ella y, por consiguiente, están dispuestos a dar todo de sí mismos. Además, no debemos olvidar que la comunicación interna ayuda a reducir la incertidumbre y a prevenir el temido rumor”.(*)

Este mismo principio se aplica para el diseño de las publicaciones internas. Antes eran piezas que contenían información relevante pero sin presentar una maqueta atractiva.

Eran un cúmulo de texto que no invitaban a leerlo, carecían de información gráfica atractiva y se limitaban mayormente a una secuencia de gráficos y tablas para presentar la información.

Las empresas han comprendido que no sólo deben venderse hacia afuera sino también hacia adentro, que no basta la palabra para comunicar sino que también se hace imprescindible la imagen.

¿Te has detenido a pensar cuán diferente sería contar con información sobre la empresa en la que trabajas para mejorar tu labor a diario?

¿Cuánto aumentaría tu productividad y el clima laboral el contar con una herramienta de comunicación interna? Te invito a dejar un comentario y contar tu experiencia.

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(*) Rafael Muñiz González, “La comunicación interna”, en Marketing en el Siglo XXI. 3ª Edición.

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