Realizar un recuento de caracteres no es una tarea glamorosa, pero no por ello es poco necesaria e importante.
Un recuento de matrices realizado al inicio del trabajo, e incluso para presupuestarlo, puede ahorrar varios problemas además de tiempo.
Tanto en Word como en InDesign se puede efectuar un recuento de caracteres. Word lo hace sobre la totalidad del texto; InDesign lo hace sobre el texto que se encuentra contenido en un marco de texto.
En este último caso es cuando el recuento de caracteres puede resultar una tarea un tanto ingrata. Si en una maquetación se utilizan varios marcos de textos hay que efectuar el recuento marco a marco.
Piensa en una enciclopedia y verás que hay varios marcos: el texto principal, cada uno de los epígrafes, los destacados, los recuadros, transportes, etc.
En Word la función se encuentra en Revisar → Contar palabras. En InDesign, en la ventana Información.
Tanto en un programa como en otro encontraremos la cantidad de caracteres, de palabras, de líneas y de párrafos.
En Word, además, la cantidad de caracteres sin espacio y la cantidad de páginas.
De igual manera, ambos programas pueden brindar esta información sobre una porción de texto seleccionado.
Si uno desea saber los caracteres que tiene un determinado párrafo solo tiene que seleccionar ese párrafo para conocer la cifra.
Correcciones
En el caso de los presupuestos, la utilidad del recuento de caracteres radica en que se puede informar al cliente la tarifa de la corrección sin que haya variaciones posteriores.
De esta forma, el cliente sabe cuánto debe pagar por la corrección. Y el profesional cuánto cobrará sin necesidad de acabar el trabajo para cerrar el precio.
Para elaborar un presupuesto con tarifa fija por una corrección de estilo y una corrección ortotipográfica es necesario conocer los caracteres con espacio (cce) o matrices que posee un documento.
Solicitar un presupuesto por “un libro de 300 páginas” no es una información fiable; con ella los profesionales de la edición no podemos ofrecer una tarifa por el trabajo. Frases como estas son el equivalente a decir “cuánto sale un coche rojo”. Es imposible determinar un precio con datos tan escuetos y nimios.
Si quieres saber más al respecto, visita Cómo pedir un presupuesto por servicios editoriales (I). O compra mi libro Publicar con calidad editorial – Cuatro pilares de la producción de un libro. 😉
Maquetaciones
Aunque para realizar una maquetación el recuento de caracteres no resulte necesario si contamos con él podremos estimar la cantidad de páginas final que tendrá una obra.
En la maquetación de un libro intervienen muchas variables, como el ancho de los márgenes; la tipografía, el cuerpo de la misma y el interlineado; los espacios entre los títulos y los párrafos, etc.
Sin embargo, si maquetamos obras con estructuras similares, por ejemplo, libros pertenecientes a una colección, con el recuento de caracteres se puede hacer una regla de tres y obtener un estimado de las páginas finales que tendrá la obra.
De esta forma, estamos en posición de informar al cliente cuántas páginas tendrá el libro; y, además, fijar una tarifa por página maquetada.
En la mayoría de los casos, cuando elaboro un presupuesto, aplico este procedimiento y cierro un precio fijo también para la maquetación, ya que el recuento de caracteres me ha posibilitado estimar la cantidad de páginas (página más, página menos, la cifra será muy aproximada).
Traducciones
Hay obras que se realizan bajo la modalidad de coedición entre editoriales de diferentes países y la única parte del libro que cambia es el texto.
Es decir, que todo aquellos elementos que estén en color no deben modificarse; y, especialmente, no moverlos del lugar donde se encuentran ni cambiar su tamaño.
Esto se debe a que todas las editoriales compartirán la misma base. Todas usarán las mismas ilustraciones y la única diferencia estará en los textos.
A esta capa se la suele llamar capa negra, capa del negro o text black; incluso en aquellos casos donde la página es oscura y los textos irán en color blanco, color papel.
La importancia del recuento de caracteres en esta situación radica en que el espacio para colocar el texto traducido está limitado por la capa de color que no se puede modificar.
Entonces, se vuelve vital informar al traductor de la cantidad de caracteres con espacio que posee el marco de texto donde se encuentra cada uno de los textos que debe traducir.
Si no se hace, el problema siguiente será que habrá que recortar el texto traducido para que encaje sí o sí en el marco de texto. Y esto añade al proyecto un problema que podríamos haber evitado perfectamente.
Ejemplo de recuento de caracteres realizado previamente en InDesign para el que traductor conozca la cantidad de caracteres que debe traducir desde el inglés al castellano.
Metadatos
Cualquier plataforma de publicación de obras exige la incorporación de metadatos. Entre ellos se encuentran el resumen de la obra, la biografía del autor e información para el canal comercial.
El recuento de caracteres es útil al momento de elaborar estos textos si conocemos el espacio que cada plataforma ofrece para incorporar esta información.
Por ejemplo, Amazon KDP y CreateSpace permiten hasta 4000 caracteres para la descripción del libro (recordar que el espacio entre palabra y palabra también cuenta como carácter); Nook Press hasta 5000, y Kobo Writing Life y Bubok no establecen límites.
CreateSpace y Nook Press hasta 2500 caracteres para la biografía del autor. (En Autopublicación Tagus he buscado esta información, pero fue imposible hallarla).
Para completar los datos ricos del ISBN no hay límite de caracteres para los apartados Descripción principal/Resumen, Descripción corta/Anotación breve, Tabla de materias/Tabla de contenido, Nota biográfica, y Introducción o prefacio, entre otros.
¿Se te ocurre en qué otras situaciones o trabajos el recuento de caracteres puede resultar importante?
Otra estupenda entrada, Mariana.
En el último trabajo de ortotipografía que acabo de realizar (un libro traducido del inglés) se daba la circunstancia de que había varias páginas en las cuales se desbordaba el texto de la caja, lo que marqué con un signo de advertencia para que se subsanara en la editorial.
La coordinadora editorial (cuyo nombre no citaré aquí) me echó en cara que no había resuelto el problema reescribiendo el texto para ajustarlo a la caja y tuve que alegar que esa labor no corresponde a una corrección ortotipográfica, sino que debe hacerse previamente, bien en la traducción, bien en la posterior (y obligatoria) corrección de estilo.
Este tipo de problemas se resuelven, como tú has explicado aquí a la perfección, si se indica al traductor o al corrector de estilo cuántas palabras o, mejor, caracteres caben en la caja de texto de que se trate.
Saludos cordiales.
Gracias por tus palabras, Paco.
Estas cosas uno las aprende de la experiencia y trabajo a trabajo va minimizando, o por lo menos intentando minimizar, los errores y tareas en balde.
Por supuesto, no es tarea del corrector, y menos si se está efectuando una corrección ortotipográfica, recortar texto porque no entra en el lugar que debe entrar, para ello está el editor (o debería estar) que decide y aplica su criterio en cuanto a la edición del contenido.
Como bien dices, informando al traductor de los caracteres con espacio la situación que describes se evita. Cuando mucho habrá que cambiar alguna palabra o expresión por otra, por algún sinónimo, para que el texto encaje en el marco de texto, pero no más. Claro que previamente hay que destinar un poco de tiempo a realizar el recuento de caracteres…
Muchas gracias por leer la entrada y contar tu experiencia en mi blog.
Genial entrada, Mariana.
Si vamos recibiendo los documentos que forman el texto poco a poco, la clave es contar lo cce antes de empezar a trabajar (y de activar el control de cambios) y después sumar las cantidades, ¿no? Un saludo.
Exacto, Ana. Una vez que tengas todos los documentos que conforman la obra haces el recuento de cada uno de ellos y luego los sumas para obtener el total. Un saludo.
Muchas gracias, Mariana. Así lo haré. Un saludo.