¿A que si lees este título piensas que me he vuelto loca? ¿Qué apuestas a que esto es imposible? Maquetar un libro de matemáticas sin números ¿es posible? Pues sí, y me explico:
Estoy maquetando libros de texto de matemáticas, en castellano. Exactamente, estoy haciendo una adaptación de archivos maquetados en QuarkPress y ahora estoy remaquetando y actualizando su contenido en InDesign.
Con un plugin los archivos “viejos” de QuarkPress se abren perfectamente en InDesign y se remaquetan con nuevas bibliotecas, nuevos estilos de párrafos, de textos, de objetos, etc. en InDesign.
Y hasta aquí, todo maravilloso y fantástico. Pero… El problema lo he encontrado al maquetar la misma publicación en catalán.
Para facilitar el trabajo duplico el archivo que maqueté en InDesign en castellano y me dispongo a colocar el texto en catalán en este nuevo archivo.
Tamaña sorpresa la mía cuando me encuentro en Word con la traducción y veo que ¡ningún número está escrito en el documento!
Un verdadero tostón que me lleva más tiempo de trabajo y de revisión. ¡Y de aumento considerable del margen de error!
Ante esta situación consulté con una traductora amiga, Luján Patitucci, sobre esta cuestión y me ha respondido lo siguiente:
«Para mí es normal traducir todo, números y fórmulas; yo y los traductores que conozco entregamos la traducción lo más fiel posible al original pero en la otra lengua, obviamente. PERO, si el acuerdo de pago es que los números y/o las palabras repetidas no las pagan -que es posible-, el traductor aunque no tenga que traducir números o palabras repetidas utiliza su tiempo para re-escribirlas (tiempo que no viene pagado) y hay traductores que se niegan a escribirlas porque no le pagan por ello».
Puedo entender que el traductor haya pactado en no re-escribir las fórmulas; que además están hechas en otro programa (MathType) y porque básicamente que lo haga no suma en nada a la labor de maquetación y resta mucho en su tiempo.
Ahora bien, que no escriba uno, dos o seis caracteres y con ellos fastidie, y mucho, la labor de maquetación no hay forma de que lo comprenda…
Con este “método” de traducción solo encuentro dos formas de maquetar:
1. copiar y pegar, partecita a partecita, el texto que me encuentro antes, después y entre cifras, dentro de un mismo párrafo;
2. escribir las cifras que se omitieron en el documento traducido, y luego copiar y pegar el párrafo entero en el archivo de InDesign.
Tanto en un caso como en otro, el tiempo perdido por no escribir una o dos cifras, multiplicado por varias páginas de un libro, y ¡por un libro de matemáticas!, no tiene nombre.
Ni qué hablar del margen de error que, en cualquiera de los dos casos, es considerablemente mayor que si en la traducción las cifras estuvieran escritas.
Y, peor aún, cuando el texto en catalán no coincide exactamente con el texto en castellano… Pues ¡a buscarse la vida, amigo!
A continuación sumo unas imágenes que ayudan a comprender visualmente la situación que explico:
Esta es la maquetación hecha en InDesign en idioma castellano:
El siguiente es el archivo en Word que recibí con el texto traducido, donde cada espacio en verde equivale a los números omitidos:
Y esta es la maquetación definitiva en InDesign en idioma catalán:
En los casos donde hay una fórmula he optado por copiar y pegar trozo a trozo el texto. Y donde me encuentro con cifras omitidas elijo escribirlas en el archivo Word y luego llevar todo el párrafo a la maquetación de InDesign.
Conclusión
Como pasa muchas veces, y es algo en lo que insisto constantemente, esta es otra de las situaciones que ocurren por no existir, en el proceso editorial de una publicación, un coordinador conocedor de todos los procesos de la edición; alguien que sepa de qué va corregir, maquetar, diseñar y qué variables y circunstancias intervienen en estas labores.
Esto sucede, debido y cada vez más, a un ahorro de costes, porque muchas editoriales consideran que se puede prescindir del coordinador editorial. Amén de que se paga poco y hasta mal el enorme trabajo de los correctores y traductores.
Dicho esto, no aprecian el valioso tiempo, la reducción de posibilidad de errores y la mejora en la calidad de la edición y el trabajo de todos los profesionales que una figura como la del coordinador editorial brinda.
Hola Mariana,
Como editor puedo decir que si una traducción me llega en ese estado, mi proveedor no cobra hasta corregirlo. Estoy acostumbrado a trabajar con traducciones de cuentas anuales corporativas, donde las cifras lo son todo. lo mismo debe pasar con aquellos editores de libros de texto de matemáticas, física, química, entre otros. No creo que el problema sea del traductor, sino del editor que «se traga» ese mal trabajo.
Un buen artículo, como siempre!
Bernat Ruiz
El problema de esta situación, Bernat, es que yo estoy casi al final de la cadena: haciendo un trabajo específico para una empresa de servicios editoriales que maqueta para una editorial que es la que encarga la traducción y coordina todo el proceso. Ya me han dicho que «no tenemos injerencia en la traducción». Y ¡a comérselo con patatas! Son algunas de las particularidades de este hermoso mundo de la edición 🙂
Gracias nuevamente por leerme y comentar ¡Buen finde!
Es una pena, pero en nuestro oficio, ya sea maquetista o editor, el comerse algo con patatas está a la orden del día.
Hola Mariana,
Muy interesante!
En vuestro caso un coordinador resolveria muchas cosas.
En el nuestro no se quien las puede resolver sino nosotros (traductores) mismos negandonos a aceptar este «ahorro de costes». Es un gran tema y el mundo de la traduccion no puede mas! A mi llegan a decirme por este trabajo «te doy tanto», «te doy…»??? por que nadie le dice a un abogado «por este titulo de propiedad que necesito te doy tanto?» y ese «tanto» raramente es una remuneracion digna!
http://nopeanuts.wordpress.com/2010/05/01/statement/
El reconocimiento de otros profesionales por lo general deja mucho que desear y siempre se espera algo mas del traductor a parte de la traduccion.
Entiendo que para ti es una perdida de tiempo y aumenta el margen de error pero es exactamente eso para el traductor si NO le pagan. Digo SI es que no le pagan porque como cualquiera que habla 2, 3 o 4 idiomas es traductor… Tambien encuentras ese tipo de traductores que entregan el trabajo por la mitad simplemente porque traducen pero NO son profesionales PERO… cobran poco!
Lamentablemente la situación que indicas para los traductores también le pasa a los correctores de texto, por ejemplo, y el resultado es que luego te encuentras errores y erratas a granel en un libro, una revista o un periódico. En concreto, se sacrifica la calidad.
Se evidencia claramente la pauperización de algunas profesiones en los productos finales, pero a determinadas empresas (grandes o pequeñas) parece no importarles este factor, por encima está la cuenta de resultado y el cierre del balance en positivo. Reglas del mercado que pueden cambiarse con actitud social y profesional ¿no?
¡Muchas gracias por tu comentario Luján!
Gracias a ti por leer mi blog y comentar Juanpa 🙂
Mariana… interesantísimo el artículo. Como tú, soy maquetador de los antiguos, de los que empezaron con Quark y me he ido ‘actualizando’. Me he encontrado con un problema similar al tuyo al maquetar, hace ya un tiempo, un anuario de una caja de ahorros; ya maquetado en años anteriores. Sinceramente hace ya un tiempo y no recuerdo cómo lo solucioné, pero me guardo este post para futuros trabajos.
Gracias!!
¡Gracias David por tu comentario!
La cuestión es que como estamos casi al final de toda la cadena de edición y producción de un libro los «temillas» que no se solventaron adecuadamente por el camino se arrastran de un proceso a otro y llegan hasta nosotros 🙂
¡Buen comienzo de semana!
A los maquetadores, siempre facilitándonos la vida.
Muy buen blog.
Un saludo Mariana.
Infame! Y seguro que además vas pillada de calendario… En este caso no creo que sea ni cuestión ni de un coordinador editorial ni ne otra figura, es simplemente falta de sentido común, más aún cuando se trata de una traducción del castellano al catalán y en la que seguramente el/la traductor/a disponía del word original y ha trabajado directamente sobre él, con lo que no tenía ni que escribir los números. Realmente lamentable, pero por desgracia nada inusual. Seguramente la cosa fue más o menos así, el/la editor/a le dijo a el/la traductor/a «No hace falta que piques de nuevo las fórmulas», el/la traductor/a entendió que no picase los números («estos romanos están locos», pensaría) y cuando llegó la traducción, seguramente fuera de plazo, ya no le daba tiempo a revisarla sin quedar en evidencia… lo paso al siguiente de la cadena y le pido que me salve el trasero y ya lo arreglará el que venga detrás.
Como siempre un buen artículo, un saludo Mariana
¡Muchas gracias por tu comentario Javaz! Como reza el dicho «el tiempo es tirano» y el sector editorial no tiene por qué ser menos, jajaja Si puedo desentrañar por qué pasó esto lo postearé, ¡seguro!
Hola, Mariana, aunque tenga que ver solo colateralmente:
¿sabes si existe un método para importar las fórmulas y ecuaciones de un texto de Word a Indesign? porque Indesign las importa como imágenes con baja resolución o directamente como una sucesión de «óóó»(vamos, que no lo hace).
Por una parte para tenerla con calidad en Indesign (si son caracteres) y, por otra (casi más importante), para poder exportarlas (desde Indesign) a MOBI también como caracteres (porque como imágenes son un desastre en medio de líneas de texto y sin resolución en un MOBI).
Gracias, por anticipado, por tu interés.
No hay solución rápida o automática, al menos yo conozca.
Primero, las fórmulas se hacen con scripts, aplicaciones o programas diferentes a Word o InDesign; no son texto ni son de Word, sino programas específicos para crearlas dentro de otos programas.
Segundo, las fórmulas tienen glifos que no son soportados por todas las fuentes y, por tanto, «pasan» a otros programas son diferentes caracteres y, por tanto, la fórmula deja de existir como tal.
Tercero, tendrás que encontrar un modo de que las fórmulas sean imágenes en alta resolución (convertirlas PDF, abrirlas en Illustrator o Photoshop, editarlas, etc.) si es para impresión y, si no es para imprimir, me temo que tendrás que hacer algo similar igualmente.
También tendrás que ubicarlas/anclarlas donde tienen que ir para que en el ebook aparezcan donde tienen que aparecer. Si saben «volando» en medio de las líneas es que no está especificada su anclaje.
Entiendo que estarás usando el Kindle Plugin porque no hay modo de exportar desde InDesign a MOBI; así y todo, recomiendo que exportes a EPUB o XML, retoques código y que lo último sea convertir MOBI (en Amazon puede subir un EPUB y el sistema lo convierte).