¿Qué importancia reviste la unificación de estilos y normas para la redacción y presentación de una obra? ¿Es lo mismo establecer estándares para una novela que para una enciclopedia?
¿Es realmente necesario crear un manual de estilo para una novela? ¿Homogeneizar determinados aspectos de un libro puede quitarle originalidad?
Tal vez te hayas preguntado algunas de las inquietudes que planteo en el párrafo anterior.
En esta entrada abordaré la importancia de implantar un manual de estilo para cualquier tipo de publicación, incluso para una novela o relato.
El manual de estilo también puede recibir el nombre de guía de estilo, normas de publicación, libro de estilo, normas y estilo de/para…, guía para la presentación de trabajos, etc.
Qué es un manual de estilo y para qué sirve
Un manual de estilo es una guía que recoge criterios y pautas para aplicar en una publicación u otro tipo de medio. No es un tratado de gramática o de lingüística, en el caso de las publicaciones, ni un tutorial o ayuda técnica en el caso de las aplicaciones y sitios web, sino una guía donde se establecen las preferencias de unas normas sobre otras.
El objetivo de cualquier manual de estilo es tipificar, armonizar, estandarizar, homogeneizar, normalizar, unificar, uniformar criterios.
Criterios lingüísticos, estéticos, técnicos, de procedimiento, etc., para aplicarlos a una publicación impresa o digital, a un artículo o documento, u otro tipo de medio, como una página web o una apps para móviles y tabletas.
La aplicación de las normas de un manual de estilo dota al libro, a la página web o a la aplicación de una determinada identidad. Además, facilita la implementación y favorecerá la utilización o la lectura por parte del usuario.
Es habitual preguntarse cómo se debe citar una fuente o cómo escribir la bibliografía en un trabajo. También cuándo utilizar negritas y/o cursivas, o qué estilos utilizar para cuadros, gráficos y tablas.
El manual de estilo viene a normalizar este tipo de cuestiones que pueden tener distintas interpretaciones. Es un grupo de orientaciones para unificar reglas y establecer preferencias o matizar una norma en un determinado contexto.
En él se abordan de forma detallada cuestiones relativas a la escritura y el lenguaje, a los aspectos formales de la lengua escrita. También a los aspectos gráficos, técnicos y funcionales en el caso de páginas web y aplicaciones.
La opinión de la editora técnica Judith A. Tarutz
En delimitación del concepto de manual de estilo se cita a la editora técnica y también autora Judith A. Tarutz. Ella afirma los propósitos de un manual de estilo son:
- señalar cuál es el estilo preferido cuando hay más de un criterio correcto;
- normar estilos y dictar lineamientos para tópicos muy técnicos;
- indicar excepciones a las reglas generales con el fin de adaptar el manual a las necesidades particulares.
Así, un manual de estilo no se crea para enseñar a escribir o cómo aplicar una determinada regla ortográfica, sino para reglamentar preferencias de uso.
Una aproximación a la tipología de manuales de estilo
Podemos encontrar distintos tipos de manuales y se puede crear un manual de estilo para cualquier cosa que deseemos, porque al fin y al cabo de trata de normar y reglar criterios. Destaco cuatro tipos de manuales de estilos en una clasificación totalmente subjetiva e incompleta:
Manual de estilo para redacción
Es el tipo de manual más reconocido y destacan:
- los manuales de estilos periodísticos, de diarios y revistas, como el de El País o Associated Press;
- los de estilo editoriales, como el de las editoriales de las universidades;
- los institucionales, como el Libro de estilo interinstitucional de la Unión Europea;
- los académicos, como el de las universidades y centros de estudio, y
- cualquier otra guía relacionada a la escritura y redacción.
Manual de estilo gráfico
Más conocido como manual de identidad visual.
Es un documento que recoge los elementos gráficos y sus normas de aplicación. Su objeto es controlar la coherencia en la aplicación de la imagen de una empresa, marca o institución.
Ejemplos: manual de identidad visual de la Universidad de Murcia, el de CO2Algaefix y el de Oxfam Intermón.
Manual de estilo digital
En el caso de los manuales de estilo para crear, diseñar y maquetar una página web o aplicación, estos incluirán también información técnica, de programación, además de la gráfica y la lingüística.
Esto se debe a que se deben seguir unos estándares específicos para construir el sitio con coherencia y que este funcione de forma correcta.
Ejemplos: Manual de estilo para maquetación web de la Universidad Politécnica de Valencia y la Guía de estilo para desarrolladores de Android.
Manual de estilo de uso
Con el advenimiento de Internet y la popularización de las redes sociales, diferentes organismos han tenido que reglar el uso de los nuevos medios de comunicación y establecer pautas de estilo para la comunicación online.
Por ejemplo:
- Guía de redes sociales, de la Generalitat de Catalunya;
- Manual de Estilo para los nuevos medios, desarrollado en internet por Fundéu BBVA
- El CCCB en la Red.
- En la misma línea se inscriben las universidades: Libro blanco de las redes sociales de la Universitat de Barcelona.
También podemos encontrar manuales de estilo que integren varios aspectos de los mencionados anteriormente. Tal es el caso de Radio Televisión Española y la British Broadcasting Corporation (BBC).
¿Por qué un manual de estilo para tu libro?
Independientemente de si tu libro es una novela o una tesis que incluye elementos gráficos además de texto, es fundamental que establezcas un manual de estilo para tu libro donde unifiques determinado criterios.
No tiene por qué ser un documento extenso y sumamente elaborado, basta con crear una guía, breve, donde especifiques determinadas preferencias.
Por ejemplo, el manual de estilo editorial de la revista digital Cuadrivio especifica, en solo seis puntos, las pautas que deben cumplimentar los artículos para ser publicados en la revista.
Resulta necesario, entonces, tomar nota de algunos puntos clave, con el fin de unificar criterios y dar identidad y unidad al texto y a la publicación entera.
La siguiente lista es meramente informativa y será más o menos útil en función del tipo de trabajo que se esté editando. Revísala con tiempo, que es larga.
Con seguridad algunos de los puntos no serán relevantes si se trata de una novela, no así si es un informe, un trabajo final, una tesis u otra publicación “compleja”.
Palabras que permiten dos acentuaciones
Cuál es el vocablo que tú prefieres cuando esta puede escribirse de dos formas.
Ejemplos: periodo/período, guion/guión, brasileño/ brasilero.
Citas
Puedes usar comillas, cursivas, e incluso un bloque de texto para hacer una cita, referencia o mención.
Elige una de las opciones y aplica siempre el mismo recurso.
No los mezcles: en una frase que entrecomillas no uses cursivas, creyendo que así darás más énfasis a lo que dices, y mucho menos apliques negritas o mayúsculas.
Ojea un libro (bien editado, claro) y verás que no se usan.
Comillas
Tendrás que decidir si utilizarás comillas latinas o angulares («…») o comillas voladas o inglesas («…»).
Piensa que las primeras no las tienes en el teclado y las tienes que obtener de Símbolos, en Word, lo que implica más trabajo. Algunos libros prescinden de las primeras y directamente usan las segundas; el tercer nivel de comillas simples (‘…’).
Mayúsculas, minúsculas y versalita
Evita el uso de mayúsculas en palabras o frases enteras. Tal vez pienses que así das más énfasis a lo que quieres decir, sin embargo, estás estropeando el texto, el ojo humano no está acostumbrado a leer textos en mayúsculas y es tremendamente molesto para lector encontrarse con palabras o frases que parecen gritarle.
Si te quedan dudas sobre el uso de mayúsculas coge un libro y fíjate cuántas palabras aparecen en mayúsculas… Y recuerda que las palabras en mayúsculas deben llevar tilde, igual que las letras en versalita.
Estas últimas resultan menos agresivas si es necesario escribir una palabra entera “en mayúsculas”, pero sin ellas.
Guiones
Prestar atención a los diferentes guiones y (posibles) usos de los mismos: guiones cortos (-), guiones medianos (–) y las rayas (—). La raya, en realidad, no es un guion y estos no deben confundirse con el signo matemático de la resta.
En los enlaces encuentras un detalle de los usos del guion y de la raya.
Listas
No utilices distintas viñetas y listas numeradas sin un orden y coherencia; además de dar un aspecto poco profesional a la publicación harás que el lector se pierda en la lectura y no reconozca la jerarquía de la información.
Establece diferentes niveles de viñetas y de numeración, y respétalos.
Notas
Define si prefieres notas al pie de página o notas al final, pero no las utilices alternativamente, que despistarás al lector.
Lo mismo aplica para las marcas de referencia de las notas: es preferible usar números o letras antes que símbolos. Si las notas son muchas, estos símbolos pueden resultar un poco molestos (*, ††, ‡‡‡, §§§§).
Bibliografía
No hay una única forma de citar la bibliografía. Busca una manera con la que te sientas cómodo y aplica siempre la misma. Puedes elegir, por ejemplo, el modo de tratar la bibliografía de una determinada universidad o medio periodístico.
Si vas a presentar un paper o artículo para ser evaluado para su publicación, consulta antes la forma en que lo solicita el medio. Por ejemplo, se puede usar el estilo Vancouver, el estilo Harvard o el estilo Chicago, entre otros. Elige uno y usa siempre el mismo.
Enumeraciones
Si enumeras cosas, nombres, países, etc. establece el orden por el cual lo harás, si por orden de aparición, de importancia, alfabético, etc. si procede.
Monedas
Define si emplearás el nombre completo de la moneda, su símbolo o su código ISO cada vez que la escribas. Por ejemplo, dólar estadounidense o $ o USD; euro o € o EUR.
Un recurso muy utilizado en publicaciones institucionales, especialmente las relacionadas con la economía, es nombrar la primera vez que aparece en el texto la referencia monetaria completa seguida de su código ISO o símbolo entre paréntesis.
Es una forma de avisar al lector que a partir de ese momento se utilizará la forma señalada entre paréntesis.
Siglas, acrónimos y abreviaturas
debes definir cómo harás la aclaración de los mismos y, además, si los escribirás en mayúsculas o con versales. En aquellas siglas que derivan de expresiones extranjeras, también tendrás que definir si utilizarás la sigla extranjera o la aceptada para el castellano.
Ejemplos: Organización de las Naciones Unidas (ONU), Organización de las Naciones Unidas (un – United Nations) o UN (Organización de las Naciones Unidas – United Nations). ¿Usarás las siglas en plural? ¿las PYME o las PYMEs? Otra cuestión a decidir.
Nombre de países
Muchos países los conocemos por un nombre usual, de uso, pero oficialmente se llaman de otra forma. Por ejemplo, Francia o República Francesa, España o Reino de España, Argentina o República Argentina. Elige de qué modo los nombrarás y cíñete a esta elección.
Páginas webs y blog
Establece un criterio sobre cómo los citarás o te referirás a ellos, si incluirás o no el dominio de nivel superior junto a su nombre (Google o Google.es), lo mismo vale para http://, https:// o simplemente empezarás por www.
Si necesitas incluir direcciones URLs de páginas web o blogs en un documento que está destinado a impresión y la URL es larga no la incluyas tal cual. Es preferible usar un acortador como Ow.ly o Bitly.
Piensa en todos los caracteres que tendrá que picar la persona, sin equivocarse, si el documento se distribuirá impreso. Si el documento se transformará en un PDF u otro tipo de ebook no hay problema, pero no olvides incluir enlaces si mencionas blogs o páginas web.
Elementos gráficos
Establece estándares para todos ellos. Si la publicación en la que trabajas tiene cuadros, gráficos y tablas, elige una misma tipografía para todos, y establece diferentes tamaños para los títulos, los epígrafes y las fuentes.
Decide si necesitan color y establece cómo los usarás en estos elementos gráficos: ¿diferentes colores o tonalidades de un mismo color?
Pon los elementos gráficos siempre con el mismo ancho, que no parezcan que se han caído dentro de la página, y en la misma posición; si son pequeños es preferible a derecha o izquierda y contorneados con texto, si son más bien grandes, centrados.
Por supuesto, hay muchos puntos más a considerar, pero si no quieres apabullarte con varios manuales de estilos de publicaciones, esta lista puede servirte de guía.
Además de dotar de identidad y unidad al texto, un manual de estilo para tu libro hará que el lector no se sienta perdido cuando lea y se centre en la lectura sin distracciones. Siempre puedes revisar y actualizar tu manual de estilo si lo consideras necesario.
En definitiva, un manual de estilo incrementa el nivel de calidad de las publicaciones, informa y orienta al lector, y unificar sistemas y formas expresivas que reditúan en un mayor disfrute de la lectura de la publicación.
Una cosa que no recomendaría nunca es el uso de acortadores. Si ya una URL es delicado ponerla por la facilidad de quedar desfasada rápidamente, un acortador, que es un tercero, aún más. Esa dirección aún se pone en mayor riesgo de «romperse». Algo que es lo más duradero posible es usar un servicio propio de redireccionamiento que permita cambiar la URL de destino si ésta cambia, o poner un aviso en caso de que desaparezca el contenido. Y sí se pueden usar notas al pie y al final, dependiendo de su uso. Y se suele usar mucho las notas del editor o traductor al pie y las referencias o notas anexas del autor al final, cada una tiene su función y, por lo tanto, su lugar.
El servicio propio de redireccionamiento lo puedes usar si hablas de una web (yo lo he utilizado cuando pasé este blog de Blogger a WordPress), pero en el caso de un documento impreso, no le veo el modo. Si tienes que agregar una URL de referencia, incluir una que tenga más de cien caracteres que el lector tiene que picar uno a uno en un navegador, sin equivocarse, es un tostón. Por lo menos a mí no me inventiva a tomarme ese trabajo; en cambio, si tengo que picar 13 caracteres lo hago rápidamente.
Todos los recursos se pueden usar como uno quiera, igual las notas al pie o al final del documento, lo mío es solo una sugerencia basada en experiencias propias y de otros lectores y colegas.
Muchas gracias por visitar mi blog y comentar Jaume.
Lo que yo digo es no usar un acortador de terceros, si no usar una URL propia, que tu configuras en tu servidor y que rediriges donde sea. Puede ser marianaeguaras.com/xDTrwsdF por decir algo… y no pierdes el control de ese enlace. Justamente el sentido es en las versiones impresas, que tendrán una vida mucho más larga que el link…
Felicidades por tu entrada. Como siempre muy ilustrativa y cargada de ejemplos prácticos. En el apartado dedicado a la bibliografía, me gustaría mencionar también laS normas ISO 690 para documentos impresos y audiovisuales, y la ISO 690-2 para documentos electrónicos. Ambas avaladas por AENOR.
Gracias por comentar Mariano, y por el aporte de las Normas ISO 690. Dejo el enlace a ellas para que otros visitantes las tengas a mano por si les sirve: Cómo citar bibliografía: UNE-ISO 690. Fuente: Universidad Carlos III de Madrid
Excelente aporte sobre el tema de los manuales de estilo editoriales.
Con respecto a lo referido a acortar las URL, recientemente leí este artículo: http://epubsecrets.com/link-shorteners-in-ebooks.php
Gracias Marianela por compartir el enlace, visitar mi blog y comentar 🙂
Como Mariana me anima a hacerlo, copio aquí, para los lectores interesados, las referencias y vínculos a diversos artículos míos sobre la utilidad y limitaciones de las guías de estilo:
1) «En un lugar de la «Mancha»…» Procesos de control de calidad del texto, libros de estilo y políticas editoriales», Panace@, vol. VI, núm. 21-22, septiembre-diciembre del 2005.
2) «La edición impresa, una cuestión de estilo», Páginas de Guarda (revista de lenguaje, edición y cultura escrita), núm. 2, nov. 2006, pp. 80-95; Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires (Argentina).
3) «Las guías de estilo editorial: historia, tipología, materializaciones y contenido», Addenda et Corrigenda, 20/02/2014.
¡Muchas gracias Silvia! El post en Addenda & Corrigenda es súper completo. Te felicito. Y Páginas de Guarda es una soberbia revista, lástima que no la publiquen más. Tengo las de los primero años y de vez en cuando las releo.
Gracias nuevamente por comentar y compartir.
Hola, Mariana, ¿cómo estás? Una pregunta: ¿cómo cotizarías un manual de estilo para una publicación o editorial? ¿Cómo saber cuánto cobrar por un trabajo como este? Entiendo que puede haber manuales muy extensos, como el de El País, y otros más cortos y específicos, pero estoy perdida y creo que no voy a saber cuánto cobrar por este trabajo hasta que lo termine…
Hola Valentina. Por lo que dices entiendo que tienes que escribir el manual de estilo. Lo primero que haría es hablar con el cliente y diagnosticar lo más acertadamente posible qué quiere y cómo lo quiere. Con esto ya te darás una idea de la extensión del trabajo, de su dificultad, etc. Puedes tomar un manual de estilo como base y empezar a trabajar sobre ese y esto llevará menos tiempo que comenzar desde cero; si en la edición del manual intervienen varias personas el tiempo se alargará… hay muchos factores para valorar.
Si no sabes cuanto cobrar por el trabajo fija un precio a tu hora de trabajo y haz un cálculo aproximado de cuanto te llevaría hacerlo (creo que es el método que más se ajusta en este caso), o plantéale al cliente que el precio final variará en función del tiempo que te lleva hacer el manual (esto es menos factible porque el cliente desea un precio cerrado en el presupuesto).
Estimada: Totalmente de acuerdo con tu sugerencia de utilizar este recurso para los trabajos profesionales. Te invito a leer una opinión más extensa en mi blog: En caso de duda: el Manual de Estilo. Saludos cordiales.
¡Muchas gracias por tu aporte Martín! Saludos
Hola, Mariana:
Muy interesante tu artículo y los ejemplos muy útiles. Me han ayudado a coger algunas ideas para un trabajo de la universidad. No obstante, tengo entendido que este tipo de publicaciones suelen llamarse «libro de estilo»; mientras que un «manual de estilo» sí que explica reglas y enseña normas al lector. como el «Manual de estilo de la lengua española» de Martínez de Sousa. Pero ya se sabe que los nombres van casi por modas… 😉
Un saludo y gracias por el aporte.
Hola Silvia. Es muy posible que la diferencia entre manual y libro de estilo sea la que planteas, aunque finalmente los medios, editoriales, etc. lo llaman como más les gusta 🙂 sin prestar atención al uso estricto de la palabra.
Gracias por tus palabras y por pasarte por aquí y comentar.
Mariana, como siempre tus artículos son de gran ayuda para complementar nuestro trabajo en las aulas. Magnífico para añadir a los documentos explicativos de Identidad Corporativa.
Muchas gracias.
¡Me alegro que las entradas sean de utilidad, María José! 🙂 Saludos
Tengo una duda. El uso de comillas angulares o altas. La RAE recomienda las primeras, pero la mayoría de los libros (en Argentina, al menos) los encuentro con las segundas.¿Cuål es la opción correcta… o la más adecuada en una novela impresa?
Gracias.
Omar
En castellano el orden de uso de las comillas es el siguiente:
1. Comillas españolas (« »)
2. Comillas inglesas (“ ”)
3. Comillas simples (‘ ’)
Cuando tengas dudas de este tipo, un excelente recurso de consulta es la Wikilengua de la Fundéu.
Espero haberte ayudado, Omar.
Mariana: Qué felicidad encontrar tu página; es como un oasis en este feroz desierto en que navegamos los correctores, sobre todo en México, mi país, y más en Sinaloa, en Mazatlán, en donde vivo y en donde la palabra corrector parece un término extraterrestre.
Sólo una observación. Creo necesario decir desde el principio que hablamos de corregir estilo editorial y no literario, puesto que ése no se corrige, sino que el escritor de literatura lo va desarrollando a lo largo de su vida.
El estilo editorial se refiere a todas esas cosas que magistralmente reseñas en tu texto.
Nuevamente muchas felicidades y espero abrir tu página más frecuentemente a partir de ahora.
Saludos desde nuestro continente.
Gustavo Mota
Creí que eso quedaba por sabido, Gustavo… Pero puede ser que lo haya mencionado en otra entrada y no en esta, que la corrección de estilo no cambia el estilo de escritura del autor, sino que es un tipo de corrección que recibe ese nombre porque es más profunda que una ortográfica.
Muchas gracias por tus lindas palabras y por pasarte por aquí. Saludos desde el viejo continente 🙂
Estimada Mariana:
Desde hace casi un año trabajo para una empresa de edición de biografías online, pero los dueños miraban sobretodo el tema de ventas y clientes, mientras que su web y software lo tenían descuidado, y más abandonado todo en cuanto a procesos y editorial se refiere. Me tienen de contrato a mediotiempo, pero cada vez me exigen más, entre otros ahora me piden que les redacte el Libro de Estilo de las ediciones. Pregunto: este es un tema que siempre pasa por un encargo externo y pago exclusivo por la creación de dicho Libro de Estilo o por ser empleado a medio tiempo debo redactarlo a pedido del jefe?
Los acuerdos para elaborar un libro de estilo varían: puede ser un encargo externo, redactarlo algún empleado o ir elaborándolo poco a poco, tanto de manera interna como con colaboradores habituales. Que los empleadores exijan más, pidan más tareas que las que se pueden realizar en cuatro horas, etc. es un tema independiente de un libro de estilo.
Doña Mariana muchas Gracias por tu manual me ha servido bastante de guía, explorare un poco más tu pagina tiene contenido bastante interesante
Hola, Mariana.
Me ha parecido muy interesante tu artículo, ¡como siempre!
Me gustaría saber si conoces alguna publicación que trate el tema del estilo (manual de estilo) aplicado al sector de la cultura (museos, etc.). He encontrado información pero muy suelta y poco concreta.
También he buscado y he encontrado pocos museos que tengan guía o manual de estilo (o, al menos, que así lo hagan público).
Cualquier información al respecto sobre este tema, ¡será bienvenido! 🙂
Muchas gracias de antemano,
Diana
Hola, Diana:
Me temo que una publicación específica orientada al sector de la cultura no existe; es más, no conozco un libro que enseñe cómo hacer un manual estilo. Piensa que se trate del sector cultural o cualquier otro las necesidades son las mismas: armonizar criterios para unas determinadas publicaciones. Por tanto, cualquier manual de estilo te servirá de referencia. Efectivamente, es probable que los museos tengan pero que no sean públicos.
Este documento de Cálamo & Cran puede ayudarte: Prontuario de manuales de estilo.
Saludos.
¡Gracias, Mariana! Sí, conozco el «Libro rojo de Cálamo». Es una buena propuesta.
Buenas, Disculpe las molestias, pero ¿Existe algún manual de estilo específicamente para novelas, de fantasía y ficción?
Hola. No, cada editorial o autor establece el suyo. Saludos.
Hola, Mariana.
Gracias por compartirnos tu artículo, ¡tan interesante como siempre!
Me gustaría saber si conoces algún caso, o dos, donde se haya planteado como solución una propuesta de manual de estilo para orientar los pasos y tener un control de calidad en la corrección de textos aplicado en la edición universitaria o en alguna editorial en general y que hayan tenido éxito.
*Casos específicamente en Latinoamérica.
Agradezco de antemano tu atención
y el gran aporte que siempre nos compartes.
Ivette.
Hola, Ivette. No, no conozco casos tan específicos y el éxito siempre es relativo. Saludos.