La orientación de los textos en el exterior del libro no resulta complicada de determinar. Sin embargo, cuando se llega a los textos en el lomo del libro entran las dudas.

Los textos de la cubierta y la contracubierta se sitúan en horizontal respecto a la cabeza y pie de un libro.

Al igual que en las solapas, las letras transcurren del lomo hacia el borde derecho en la cubierta; y del borde izquierdo hacia el lomo en la contracubierta.

Por el contrario, los textos en el lomo del libro se encuentran más a menudo colocados de manera vertical.

La función de los textos en los lomos de las publicaciones es sencilla: facilitar su “encontrabilidad”.

Es decir, ubicar con rapidez los libros cuando están colocados de manera vertical en librerías, bibliotecas, archivadores, etc.

Textos en el lomo del libro y otros elementos a considerar

Hay un factor fundamental y primario a tener en cuenta, antes que cualquier otro: el ancho del lomo. Según los milímetros que tenga a este se le podrán incluir textos y elementos o no.

Por ejemplo, los libros publicados mediante Amazon KDP solo aceptan textos si tienen cien páginas o más. (Y para este sistema puedes calcular el ancho del lomo de las maneras que se indican aquí).

Este factor varía según el tipo de papel y de encuadernación que se use en la producción del libro.

Por lo general, se recomienda que el lomo tenga al menos 7 milímetros para incluir textos. Con menos milímetros quedarían las letras diminutas y su funcionalidad disminuida o anulada.

Así y todo, lo mejor es consultar con la imprenta donde se harán las copias. Antes de cerrar el arte final de la parte exterior del libro consulta con el impresor.

Al momento de solicitar un presupuesto de impresión ya puedes preguntar por el ancho del lomo; siempre que sepas la cantidad de páginas finales del libro (algo recomendado, o el presupuesto no será el definitivo).

¿Qué información ponemos en el lomo de un libro?

Dos son los textos fundamentales que se deben incluir si el ancho del lomo lo permite. El primero es el título del libro y el segundo es el nombre y apellido del autor del libro.

Si hubiera espacio, también puede incluirse el subtítulo del libro, si lo tiene. Y, si el sitio es muy reducido el nombre del autor puede escribirse abreviado; o sea, la inicial del nombre seguida del apellido.

También debería incluirse el nombre de la editorial o la marca de autor. Puede ir el imagotipo o solo el isotipo de la casa editora o marca de autor.

Algunos escritores que publican por su cuenta tienen un emblema propio que usan en su página web. Y, tal vez, en este caso sería apropiado incluirlo si hay espacio y se quiere reforzar la marca personal.

¿El libro es parte de una colección y cada título de esta tiene un orden y numeración? Entonces, también debería consignarse en el lomo el número del volumen o tomo de la obra. Incluso hasta el nombre de la colección.

En los libros de tapa dura, lujosos y con lomos anchos, suelen incluirse algún tipo de ornamentación. Esta decoración suele estar compuesta por líneas y florones en dorado.

Ahora ya no se emplea tanto este tipo de cubiertas y encuadernación; sobre todo, debido al coste de los materiales y del proceso manual de decoración.

La orientación de los textos en el lomo del libroRecapitulando —y para resumir—, los elementos y textos que pueden incluirse en los lomos son:

  1. Título del libro
  2. Nombre del autor
  3. Editorial o marca de autor
  4. Número de volumen o tomo
  5. Nombre de la colección
  6. Ornamentación

¿Qué orientación poner a los textos del lomo del libro?

Las orientaciones de los textos en el lomo del libro en las obras impresas, básicamente, son tres. En un libro apoyado sobre su base el sentido de las letras puede ser:

  1. Horizontal, transversal, en sentido perpendicular al lomo.
  2. Vertical ascendente, paralelo al lomo de abajo arriba o de pie a cabeza.
  3. Vertical descendente, paralelo al lomo de arriba abajo o de cabeza a pie.

Imaginemos un libro colocado en vertical en una librería o biblioteca. Y en cómo leemos los textos que en él se encuentran y qué movimientos debemos hacer.

La primera de las opciones es la idónea porque no exige movimiento de la cabeza para ser leída. Sigue el sentido de la escritura y los textos se sitúan en paralelo a la cabeza y pie del libro.

El tamaño de los textos dependerá del ancho del lomo y mejor si se pueden leer a cierta distancia.

Si no hay espacio suficiente es preferible recurrir a alguna de las otras dos opciones. Poner los textos diminutos no aporta información ni facilita la ubicación del libro.

La segunda de las opciones es la tradición latina o francesa, con el inicio de los textos al pie del libro. Es la orientación que obliga a voltear la cabeza hacia la izquierda para leer los textos.

Es la posición en la que los textos quedan “patas arriba” cuando un libro se apoya sobre una superficie con la cubierta hacia arriba.

La tercera de las alternativas es la tradición anglosajona, con el inicio de los textos a la cabeza del libro. Y es la orientación que hace voltear la cabeza hacia la derecha para que los textos sean leídos.

En este caso, los textos en el lomo del libro se leen sin problema cuando este está apoyado cubierta arriba.

Ejemplo de orientación vertical en los textos del lomo de un libro

Entonces ¿qué orientación usar en nuestros libros?

Pues… Depende. ¡Siempre el bendito depende! 😆 Si el libro es para una editorial habrá que consultar qué indica su manual de estilo. Si autopublicas, pues, el que más te guste.

Incluso existiendo una norma el depende es válido, porque esta también puede saltarse. De hecho, así lo hace la mayoría de las editoriales que siguen el estilo latino.

La norma UNE 50-120-92, que sigue la norma internacional ISO 6357:1985, establece la posición, orientación y empleo de los títulos en los lomos de diversas publicaciones, cajas, casetes, etc. El fin es beneficiar a los usuarios y trabajadores de bibliotecas y librerías.

Dicha norma dice que el título en el lomo debe disponerse de arriba abajo, “a lo anglosajón”. Y el motivo es facilitar la lectura cuando el libro está situado horizontalmente con la cubierta hacia arriba.

Prefiero esta orientación, ya que cuando se apilan los libros horizontalmente los textos de los lomos se pueden leer.

Si las publicaciones se apilan con la cubierta hacia arriba todos los textos de los lomos se leen a la perfección; no así con el estilo latino en el que las letras quedan volteadas.

Algunas personas argumentan que es más natural leer los textos en el lomo del libro “a la francesa”. Y lo mismo sostiene José Martínez de Sousa en al menos un par de sus obras.

Tanto en Diccionario de edición, tipografía y artes gráficas (Trea, 2001) como en Manual de edición y autoedición (Pirámide, 2013) afirma que colocar los textos de forma ascendente “se lee con más facilidad” y “se lee mejor” que a la inversa cuando se coloca el volumen en una estantería.

Sin embargo, más que natural, fácil o mejor creo que se trata de una costumbre. Al fin y al cabo, para leer los textos colocados en vertical hay que voltear la cabeza sí o sí, hacia un lado u otro.

¿Qué método prefieres para tus libros o ya usas en ellos?

Cómo determinar la orientación de los textos en el lomo del libro

(A la hora de experimentar y maltratar un libro prefiero hacerlo con el mío) 😆


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