En este espacio he enfatizado repetidamente la relevancia crucial de la legibilidad, tanto en libros como en todo tipo de documentos.

Una correcta composición o maquetación es clave para garantizar que cualquier libro sea suficientemente legible.

Este concepto abarca no solo la legibilidad del texto en sí, sino también la de elementos gráficos adicionales como tablas, cuadros y diagramas, e incluso la totalidad del libro o publicación.

Surge entonces una pregunta esencial: ¿qué entendemos por legibilidad? ¿Cómo podemos determinar si un contenido es efectivamente legible?

¿Cómo distinguimos entre una fuente legible y una que no lo es? Más aún, ¿es posible interpretar la legibilidad de un texto bajo diferentes prismas? Y, lo que es fundamental, ¿cómo podemos medir con precisión la legibilidad de un texto?

Podríamos recurrir a una definición general y sencilla de legibilidad: «la facilidad con la cual se puede leer y entender un texto».

Entonces, ¿qué factores hacen que un texto sea fácil de leer y comprender? Fundamentalmente, destacan dos aspectos:

  1. El estilo de escritura, que implica la claridad en la exposición y el uso del lenguaje, conocido como legibilidad lingüística.
  2. La composición de la página y los elementos tipográficos que se incluyen en la publicación, es decir, la legibilidad tipográfica.

Abordemos ambos tipos de legibilidad con más detalle.

Legibilidad lingüística

La legibilidad lingüística, conocida en inglés como readability, se enfoca en la estructura y el lenguaje utilizados en un texto. Esta dimensión aborda tanto el estilo de redacción como la claridad y estructura en la exposición de ideas.

Este tipo de legibilidad tiene un impacto significativo en cómo procesamos la información y en nuestra capacidad para comprender y retener lo que leemos.  Los textos claros facilitan el proceso de lectura a la vez que mejoran la capacidad del lector para absorber y recordar la información.

Este fenómeno está bien documentado en el libro Reading in the Brain, del neurocientífico Stanislas Dehaene, quien explora cómo nuestro cerebro decodifica los textos escritos.

Un concepto clave es la presentación efectiva de la información, que va más allá del texto en sí. Por ejemplo, transformar párrafos densos con cifras en tablas o gráficos puede mejorar significativamente la legibilidad.

Según Karen A. Schriver en Dynamics in Document Design, una escritura y edición cuidadosas son fundamentales para mejorar la legibilidad lingüística. La estructuración interna de las frases juega un papel crucial en este aspecto.

De ahí que a legibilidad lingüística se solvente con una correcta escritura, adecuada a la publicación, y con edición y corrección de los textos.

Para medir la legibilidad y la comprensión de un texto, existen diferentes fórmulas. Puedes emplear Legible.es, que incluye varias de ellas en su análisis de textos, para medir la legibilidad y comprensión de un texto.

Esta faceta de la legibilidad es conocida también como legibilidad como cognitiva, leibilidad, lecturabilidad, inteligibilidad y comprensibilidad, términos que reflejan su multifacética naturaleza.

Legibilidad tipográfica

La legibilidad tipográfica, o legibility en inglés, se relaciona de forma directa con el diseño editorial.

Centra su atención en la composición y maquetación de las páginas, la elección de la caja tipográfica y el uso adecuado de las fuentes. Incluye también la creación de elementos gráficos y el contraste de colores y formas.

Siguiendo el ejemplo previo, la legibilidad tipográfica se manifiesta en la forma en que se diseñan tablas o gráficos para que la información sea claramente comprensible. En casos como las infografías, la habilidad del diseñador es crucial, como lo expone Jost Hochuli en El detalle de la tipografía.

Erik Spiekermann, en el número dedicado a la tipografía de Gràffica dice que la legibilidad «debería ser lo más importante. Es algo físico que demuestra que cada letra es lo que es. (…) Incluso antes de que lo sepas, tu cerebro identifica la tipografía de una página de una manera determinada. La legibilidad debe ser algo obvio».

Un desarrollo adecuado del concepto gráfico de una publicación mejora esta faceta de la legibilidad. Esto implica una acertada composición de página y presentación de elementos gráficos.

La web Legible Typography ofrece una exploración detallada y académica sobre la legibilidad en la tipografía.

«Cómo y por qué la tipografía afecta la facilidad de lectura», derivado del trabajo de Mary C. Dyson, aborda desde la definición y la importancia de la legibilidad hasta métodos de medición y estudios de investigación.

Incluye ejemplos, paneles y cajas explicativas para profundizar en la materia, y se centra en la tipografía tanto impresa como digital.

Recomiendo que indagues en este estudio si eres un profesional de la edición, estudiante o entusiasta del diseño tipográfico. Es una joya de material, disponible en español e inglés, gratuita y en línea.

Un concepto más amplio de legibilidad

En el libro Legibilidad y tipografía. La composición de los textos, de Horacio Gorodischer y José Scaglione, encontramos un concepto más amplio de legibilidad: «La legibilidad es la cualidad de un texto de ser leído y comprendido de la forma más apta de acuerdo con su función y con su naturaleza narrativa».

De manera muy general y resumida, los autores sostienen que no hay una sola legibilidad, sino condiciones de esa legibilidad. Por ello, la función de la tipografía, no solo la elección de la fuente, y la naturaleza narrativa del texto son vitales para determinar si algo es legible o no.

Para comprender cabalmente esta definición interactúan cuatro núcleos conceptuales que los autores desarrollan en la primera parte del libro: la función, la naturaleza narrativa, la comprensión y la lectura.

Además, los autores proponen la siguiente fórmula:

F × C × M / I × E = Texto legible o funcional.

Familia por Cuerpo por Medida (ancho de línea) sobre Interlínea por Espaciado (entre letras y palabras).

Y es tan profunda la interrelación entre los factores de la ecuación que si se mueve uno de estos factores se mueven todos los demás.

Te invito a que te zambullas en el libro para comprender estos conceptos y ampliar los análisis sobre legibilidad si eres un forofo de la composición y del diseño en general.

Legibilidad tipográfica y diseño editorial en libros impresos

En el ámbito del diseño editorial, la legibilidad tipográfica es un arte que va más allá del simple contenido.

Se enfoca en el «cómo» se transmite la información, prestando especial atención a la forma en que se presentan las grafías, los glifos, los pictogramas y otros recursos estilísticos.

Este aspecto es esencial para que el lector no solo comprenda, sino que también disfrute visualmente de la lectura.

Para alcanzar una óptima legibilidad tipográfica en un libro, hay que considerar varios factores:

La elección del sistema compositivo

Escoger uno u otra retícula es fundamental para comenzar con buen pie un libro u otra publicación.

Este esquema de composición debe adaptarse tanto al tipo de publicación como a las necesidades específicas del editor o autor. Sin olvidar, obviamente, su público o destinatario ni su función o utilidad.

Por ejemplo, la estructura utilizada en una novela difiere significativamente de la requerida para un libro de texto. Cada género y formato exige una aproximación particular en su composición.

En la serie de artículos que publiqué sobre maquetación de libros expongo cómo distintos teóricos han desarrollado sistemas de retículas para los libros, algunos basados en el análisis de libros antiguos y otros con enfoques más prácticos y modernos.

La estructura interna y la distribución de las partes del libro

Estos aspectos tampoco pueden pasarse por alto. Aunque el grueso de un libro lo componga una obra, esta suele ir acompañada de paratextos. Es decir, las secciones que rodean y complementan el texto principal, funcionando como un marco que ayuda a interpretar y comprender mejor la obra.

Estos elementos no forman parte del contenido central de la narrativa o argumento del libro, pero son cruciales para la presentación y la recepción de este.

En obras complejas, elementos como índices analíticos, sistemas de referencias y glosarios pueden ser imprescindibles, mientras que en una novela, su presencia podría resultar superflua.

El respeto a las normas de composición y maquetación

Si bien no hay normas estrictas en el diseño editorial, sí hay unos mínimos que aseguran la calidad de una publicación.

Dentro de esos mínimos podemos mencionar la determinación oportuna de los márgenes y la caja tipográfica que contienen a la obra; la utilización adecuada de retículas; la atención a las líneas base y la gestión de las líneas en la página, entre otros.

La correcta separación de sílabas, especialmente en textos justificados, y la omisión de líneas viudas y huérfanas son detalles que marcan la diferencia entre un trabajo profesional de otro que no lo es.

Además, es valioso atender a las directrices de un manual de estilo, si existe, y aplicar con consistencia los estilos tipográficos. Estos elementos contribuyen a la uniformidad y coherencia visual del texto, aspectos que influyen directamente en la experiencia lectora.

La correcta aplicación de la legibilidad tipográfica no solo facilita la comprensión del contenido, sino que enriquece la experiencia lectora, combinando de forma armoniosa el arte del diseño con la funcionalidad del texto.

Los elementos gráficos en un libro, como imágenes, diagramas, tablas y gráficos, juegan un papel crucial en la legibilidad y la comprensión general de la obra.

Estos componentes visuales no solo complementan y enriquecen el texto, sino que también facilitan la asimilación de información compleja, ofreciendo un descanso visual en el flujo de la narrativa o el contenido expositivo.

En la imagen observamos que la no separación de palabras genera unos espacios en blanco entre palabras que atentan contra toda legibilidad.

A continuación, en la imagen podemos apreciar, en resaltado amarillo, cómo InDesign señala cuando hay excesiva tensión entre palabras y caracteres. Esta tensión nunca colabora con la legibilidad de un texto.

La selección de fuentes en el diseño editorial

La elección de la tipografía es un aspecto esencial en cualquier libro, determinando en gran medida su legibilidad.

Las fuentes serif, con sus pequeños trazos en los extremos de las letras, suelen ser la opción predilecta para textos extensos, como novelas o libros de cuentos, debido a su facilidad de lectura en flujos largos.

Por otro lado, las fuentes sans serif, caracterizadas por su simplicidad y líneas limpias, son ideales para títulos y elementos destacados como recuadros.

En publicaciones más complejas, como las enciclopedias o manuales prácticos, se observa a menudo una mezcla estratégica de ambos tipos de fuentes. Esta combinación, ejecutada con maestría, no solo mejora la comprensibilidad del texto, sino que también enriquece visualmente la página, facilitando la diferenciación entre diferentes secciones y tipos de contenido.

En lo que respecta a las características específicas de las fuentes, varios elementos juegan un papel crucial.

Estos incluyen el tamaño y el cuerpo de la letra, el interlineado, y la separación entre palabras (tracking). Estos factores deben ser cuidadosamente calibrados para optimizar la legibilidad del texto.

Otro aspecto importante es la alineación del texto y la longitud de la línea. Es fundamental evitar el uso excesivo de mayúsculas, versalitas o cursivas en párrafos enteros, ya que estos estilos pueden dificultar significativamente la lectura. En este sentido, la tipografía no solo es una cuestión estética, sino también funcional.

Finalmente, no podemos olvidar el color como un elemento distintivo en el diseño editorial. En publicaciones especializadas, como libros técnicos o científicos, el contraste adecuado entre el color de fondo y el texto es vital para asegurar una legibilidad óptima.

La legibilidad en medios diferentes del papel

Desde la composición tradicional en papel hasta el diseño adaptable en medios digitales, la legibilidad sigue siendo un pilar fundamental en la comunicación efectiva y en la experiencia del usuario.

A diferencia del papel, en los medios digitales, aspectos como la resolución de pantalla y el diseño responsivo adquieren mayor importancia. La legibilidad en distintos medios requiere un enfoque holístico que tenga en cuenta las peculiaridades de cada plataforma.

En el caso de los libros electrónicos y los blogs, cada uno requiere un enfoque distinto para optimizar la legibilidad. Los lectores electrónicos utilizan tecnología de tinta electrónica para simular la experiencia de lectura en papel, lo que reduce la fatiga ocular y mejora la experiencia de lectura a largo plazo.

Por otro lado, los blogs y sitios web deben diseñarse pensando en la adaptabilidad a diferentes tamaños de pantalla, desde teléfonos móviles hasta ordenadores de escritorio. Las pantallas de tabletas, que también utilizamos para leer ebooks, se inscriben dentro de esta tipología.

El reto para los diseñadores y editores es mantener una alta legibilidad en todos estos medios. Esto implica no solo elegir la fuente y el tamaño de letra adecuados, sino también considerar el espaciado, el contraste de colores y la disposición del texto en la página o pantalla.

Tanto en textos sobre papel como pantalla, un objetivo es reducir la fatiga visual. Textos bien estructurados y presentados de manera clara minimizan el esfuerzo requerido para leer, más aún sesiones de lectura prolongadas.

La legibilidad en relación con la accesibilidad y el diseño inclusivo

La accesibilidad en el diseño editorial es un aspecto fundamental que trasciende la mera legibilidad, también de respeto, consideración y empatía.

Implica crear textos que sean comprensibles y accesibles para lectores con diversas capacidades visuales, incluyendo aquellos con discapacidades visuales o dificultades de aprendizaje.

Un factor crítico en la accesibilidad es el contraste adecuado entre el texto y el fondo. Esto es especialmente importante para personas con visión limitada o ceguera parcial.

El uso de fuentes claras y la posibilidad de ajustar el tamaño del texto también son esenciales para una experiencia de lectura accesible

Además, la accesibilidad implica considerar a lectores con dislexia y otras dificultades de lectura. Esto incluye evitar ciertas fuentes y patrones de texto que pueden dificultar la lectura.

La integración de elementos multimedia, como audiolibros o versiones de texto enriquecido con audio, también mejora la accesibilidad.

Estos recursos son particularmente útiles para personas con dificultades de lectura o para aquellos que prefieren consumir contenido en formatos alternativos.

Impacto de la legibilidad en el marketing editorial

La legibilidad tiene un impacto significativo en la comercialización de libros y publicaciones. Un texto que es fácil de leer y atractivo visualmente no solo capta la atención del lector, sino que también puede influir en su decisión de compra.

En el marketing editorial, la presentación del texto es tan importante como su contenido. Un diseño bien pensado y una tipografía adecuada pueden aumentar la percepción de profesionalidad y credibilidad de un libro.

Esto es especialmente significativo en un mercado saturado, donde un libro debe destacar no solo por su contenido, sino también por su presentación formal.

Las estrategias de marketing también deben considerar la legibilidad en diferentes plataformas y medios.

Por ejemplo, la forma en que un texto se presenta en un anuncio impreso puede diferir de cómo se muestra en una publicación en redes sociales. En ambos casos, la legibilidad es clave para atraer y retener la atención del lector y generar una mayor interacción y compromiso con él.

Por último, la legibilidad puede ser un factor determinante en la construcción de la imagen de marca de un autor o una editorial.

Una marca que, de manera consistente, produce libros que no presentan dificultades de lectura y están bien diseñados tiene más posibilidades de que desarrolle una base de seguidores leales.

Esto se traduce en un mayor reconocimiento de marca y colabora con el reconocimiento y las ventas en el mercado editorial.

La inteligencia artificial y la legibilidad

Hoy, la inteligencia artificial juega un papel crucial en el campo tecnológico y también ofrece soluciones innovadoras relacionadas con la legibilidad.

La IA, sea porque la empleamos de manera directa o porque los programas que usamos la incluyen, está presente en nuestras vidas.

Gracias me hace que Amazon KDP indaga si en una obra se ha empleado IA de manera exhaustiva, mínima o nula. ¡Pero si todos los programas ya usan IA! Desde los procesadores de textos como Word hasta los editores de fotografías más avanzados como Photoshop lo utilizan.

No me detendré a enumerar qué puede hacer la IA con la legibilidad porque, seguramente, cuando publique este artículo la tecnología habrá avanzado y se quedará obsoleto.

A título informativo, menciono que está presente en todos los aspectos mencionados en este artículo: en el análisis y optimización del texto, la personalización de la lectura, el diseño de tipografías y maquetación, la accesibilidad y en la evaluación de la legibilidad.

Por ejemplo, la IA puede analizar la complejidad de un texto y sugerir modificaciones o parafrasearlo para hacerlo más comprensible para diferentes audiencias.

Esto incluye la simplificación de la sintaxis, la sustitución de jerga o términos técnicos por palabras más comunes y la optimización del estilo de escritura para mejorar la claridad.

Mediante algoritmos de aprendizaje automático, la IA puede adaptar los textos para lectores disléxicos.

También puede analizar grandes conjuntos de datos para determinar qué combinaciones de tipos de letra, tamaños y colores funcionan mejor en diferentes contextos.

Algunas herramientas basadas en IA evalúan automáticamente la legibilidad de un texto y proporcionan métricas y sugerencias basadas en diversas fórmulas y estándares de legibilidad reconocidos.

Lo cierto es que la IA ya ha transformado la manera en que abordamos la legibilidad lingüística y tipográfica desde diferentes disciplinas.


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