Una maquetación a una columna es la retícula más usada en libros sencillos; es decir, en aquellos donde el texto es el gran protagonista, o el único.
También la conocemos como maqueta: es un instrumento de composición para el diseño de libros, periódicos, revistas… para todo lo que forma parte de los medios gráficos impresos. Es una estructura invisible.
Este tipo de lienzo es el más empleado en multitud de libros de ficción y no ficción (novelas, ensayos, informes, libros prácticos, etc.).
La retícula es la estructura que subyace en todas las publicaciones; es invisible para el lector, pero muy visible y siempre presente para el diseñador. Una retícula es la base sobre la que se ordenarán los textos y elementos gráficos del libro.
Esta retícula sencilla, con una sola columna, se emplea para publicaciones con texto seguido; para contenidos que necesitan ser leídos de manera lineal y fluida.
Es un tipo de maqueta que ocupa prácticamente toda la caja tipográfica del libro, sin divisiones intermedias.
En una novela, un florilegio o algunos ensayos podemos observar que la mancha de tinta es una sola en la página. Por tanto, el principal elemento de la página es un bloque de texto casi homogéneo.
En una composición de este tipo, uno de los desafíos es mantener la uniformidad de las grandes masas de texto; que página a página sigan un cierto orden y mantengan coherencia visual.
Si se tiene en cuenta el pliego de composición podremos ver que la doble página presenta dos columnas “gruesas”.
Aspectos a considerar en una maquetación a una columna
Es importante que una retícula de una columna no se aprecie como un ladrillo de texto, pesado e incómodo de leer y ver.
Por eso, este tipo de composición suele encontrarse en libros que miden 17 × 24 centímetros o menos.
Un tamaño de libro mayor obligaría a aumentar el cuerpo de letra o bien a hacer la columna más delgada y jugar con los blancos.
Sí puede usar en publicaciones donde el tamaño de los textos es lo suficientemente grande como para soportar la cantidad de caracteres adecuada por línea.
Un buen ejemplo de esto lo constituyen los libros de cuentos para el público infantil.
Ejemplo de plantilla diseñada para libro infantil a una columna. Plantilla prediseñada Heidi, de Maqueta tu libro. Se debe evitar que las páginas de un libro con texto uniforme se perciba engorroso; una cosa es ver una mancha de texto congruente y otra diferente un apiñamiento de letras.
Por tanto, se vuelve necesario cumplir con algunos requisitos mínimos relacionados con la caja tipográfica o mancha, delimitada por los márgenes, y la tipografía.
Márgenes y blancos
Los márgenes deben ser lo suficientemente anchos para facilitar la lectura y contener el texto. Se recomienda que el largo de las líneas no supere los 80 caracteres con espacios para garantizar legibilidad del texto.
Por lo general, en el pliego encontramos las páginas “en espejo”. Es decir, que la medida de los márgenes se establece considerando el margen interno y externo (no derecho e izquierdo).
Los márgenes interiores pequeños son elegantes, como es el caso de los libros renacentistas, que se rigen por la proporción áurea; sin embargo, hacen difícil la lectura según el tipo de encuadernación que tenga el libro.
Además, el contenido de este tipo de libros ocupa la mitad o menos del papel y hace que los costes de la publicación se encarezcan. Es recomendable, sobre todo, usar esta composición en algunas ediciones de lujo.
Ejemplo de retícula de una columna que sigue el principio de la sección áurea. Memoirs, Volume IV, del Peabody Museum of Archaeology and Ethnology at Harvard University, 1908-1910. Unos márgenes anchos posibilitan la adición de elementos gráficos, como imágenes, e incluso notas laterales o enmarcadas.
Es recomendable dejar espacio suficiente en el margen que va el folio de numeración. Más aún si el libro lleva satélites o folios explicativos.
La distribución de los espacios en blanco también dan un carácter especial a una publicación de una columna. Estos espacios suelen emplearse en las cabeceras, al inicio de los capítulos, para señalar un gran salto en la narración.
En otros casos, se emplea en los laterales, para afinar aún más la columna, y dejar que el texto respire. Esta opción es ideal para libros de poemas o aforismos.
Ejemplo de composición con columna delgada y blancos que dan respiro al texto. Ánfora criolla, de Udón Pérez (Imp. Hnos. Trujillo; Maracaibo, 1913).
Tipografía
Si la tipografía es la reina de cualquier publicación, en una retícula sencilla lo es todavía más.
Los detalles tipográficos son cruciales en una maquetación a una columna; son ellos los que dotan de un carácter particular al libro.
También puede recurrirse a diferentes ornamentos o, como en el siguiente ejemplo, destacar la letra capitular de manera soberbia.
Ejemplo de retícula sencilla con detalle tipográfico en capitular. Cervantes, de Ramón Ortega y Frías (Mariano C. y Gómez Editor; Madrid, 1859).
Por tanto, en una retícula de una sola columna es fundamental la elección de la fuente, su cuerpo y el interlineado.
El conjunto de estos tres factores tipográficos debe garantizar la legibilidad del texto principal; hacer que la lectura lineal sea cómoda y evitar distracciones.
En el caso de los títulos y subtítulos, estos deben jerarquizar la información para indicar al lector la importancia de cada texto.
La fuente en los folios explicativos tiene que situar al lector, orientarlo, e informarle en qué lugar del libro está realizando la consulta.
En definitiva, una retícula acertada permite que un tamaño de letra encaje con comodidad en el ancho de la columna. La lectura resulta mucho más placentera con unos márgenes generosos y un interlineado amplio.
Ejemplo de maquetación a una columna con texto e imagen. Tiene amplios márgenes y folios explicativos y números de página en la parte inferior de las páginas. Todos los caminos llevan a África, de Loreto Hernández y Pilar Tejera (Ediciones Casiopea; Madrid, 2015). Puedes ver más ejemplos en la sección Portfolio de esta página web.
Fuentes: Sistemas de retículas; Diseñar con y sin retícula; Principios fundamentales de composición; Retículas. Soluciones creativas para el diseñador gráfico; Sistemas reticulares; Layout; Los elementos del estilo tipográfico; Creación, diseño y producción de libros; Diseño para la edición; Manual de edición y autoedición.
Excelente ayudamemoria, como siempre todo lo que escribís es de muchísima utilidad. Parece simple y hasta producto del sentido común, pero todos los días vemos editores peleados con la disposición del texto. Y no hay casi nada que afecte tanto a la lectura, y entonces a la apropiación del texto, como una mala caja tipográfica.
Espero los siguientes, gracias por todo.
El diseño editorial tiene mucho de simpleza y de pasar desapercibido, pero para llegar a estas cualidades hay mucho trabajo detrás. Solo la elección de una fuente da más o menos carácter a un libro y, además, el ajuste línea a línea del texto.
Gracias por comentar.
Importante lo que muestras aquí en este artículo!!!
Muchas gracias, Mariana. Como siempre, es un placer leer tus artículos. Te envío mi abrazo y te ruego que sigas trabajando, eres muy importante para todos los que queremos hacer un camino en la Literatura.
Buenas tardes, Mariana. Me entusiasma la forma como explicas de forma sencilla cuestiones que son tan complejas.
Me estoy peleando con el concepto «pliego» para explicarlo a mis alumnos de forma comprensible. Cómo lo explicaras tú?
Un abrazo, Mariana
Hola, Luisa. Si te refieres al pliego de InDesign, es decir, al verso y al recto enfrentados, hablo de doble página, y lo que se ve cuando se abre un libro. Y suelo decir todas estas formas para que la idea quede clara de qué estamos hablando.
Si te refieres al pliego de la imprenta, el que debe doblarse para formar un cuadernillo que luego será parte de la tripa o interior del libro, lo llamo pliego de impresión o de imprenta.
En una oportunidad, incluso tuve que explicar la diferencia entre página y hoja, y entonces recurrí a parangonar la hoja con una moneda y a las páginas con cada una de sus caras. 😆
Saludos.
Gracias Mariana. Soy una nuevs suscriptora. Me encanta como expones tu ensenanza. Acabo de comprar tu libro Publicar con calidad editotial a traves de Amazon. Es excelente.
Deseo que mi libro te sea de gran utilidad, Helga. 😀
Muchas gracias por la entrada. Como siempre, muy instructiva e interesante. Solo una cosa: ¿qué es un florilegio? ¿Algo así como una antología?
Aprovecho para felicitarte por tu libro «Publicar con calidad editorial». Aprendes mucho y lo cuentas de forma que resulta muy entretenido de leer. ¡Gracias!
Un florilegio es similar a unas analectas (¡otro palabro!), pero con antología o recopilación nos apañamos mejor, son vocablos conocidos y sabemos de qué hablamos. A veces me gusta colar alguna palabra de uso poco habitual, al mejor estilo «palabras moribundas».
Gracias por los elogios a mi libro, siempre animan y se agradecen. 😀
Pues me parece muy bien utilizarlas para que no caigan en el olvido.
Hola Mariana:
soy nueva suscriptora y estoy verdaderamente entusiasmada; la información es muy buena, concreta, directa y digerible. Me gusta el uso de las «palabras moribundas» y me incentiva porque hago algo similar con mis estudiantes universitarios. Sigo atenta y valorando y divulgando tu trabajo (con el correspondiente crédito, por supuesto)
Saludos
Muchas gracias por suscribirte al blog, Lorena. Siempre es bueno saber que lo que una comparte es útil para otras personas, más las sinergias que pueden surgir a raíz de ello.
Si te gustan las palabras moribundas te recomiendo la lectura de este fabuloso libro, de mi querida Pilar García Mouton y Álex Grijelmo. A ellos debo la expresión. Saludos.