La habilidad de maquetar tablas de manera precisa y visualmente atractiva es esencial para presentar datos complejos y facilitar su comprensión.
Pero no solo es cuestión de componer una tabla pensando únicamente su contenido; una tabla también se puede transformar en un elemento de diseño de la publicación.
Maquetar tablas requiere un enfoque minucioso en aspectos como la alineación, el espaciado y el formato de fuente. Cada uno de estos elementos contribuye a la legibilidad y la claridad de la información presentada.
De este modo, se asegura que los lectores podrán analizar y extraer conclusiones con mayor facilidad si la misma información se presenta en varios párrafos, uno tras otro.
En este artículo escribo sobre la tabla en tanto elemento gráfico, no sobre la tabla de contenido para un libro; es decir, sobre el índice de temas o sumario para una publicación.
Mi pretensión, con este artículo, es que puedas mejorar la claridad visual de los contenidos que presentas a tus lectores. Ayudar a que la información sea más fácil de comprender redituará en beneficios, tanto para ti, como autor o editor, como para tus lectores.
Puedes optimizar la comunicación con tu lector ayudándole a interpretar rapidez los datos presentados en las tablas. Evitar la sobrecarga de información y presentar datos clave de manera concisa puede mejorar la eficiencia de la comunicación.
Unas tablas bien diseñadas demuestran profesionalismo y, además, generan confianza en los lectores que buscan calidad visual.
Por ello, en esta entrada quiero compartir contigo algunas sugerencias sobre aspectos que deben considerarse en el momento de maquetar tablas para un libro o cualquier otro tipo de publicación.
A qué denominamos tabla
Una tabla es una representación gráfica organizada en forma de columnas y filas que se utiliza en libros y documentos. Su objetivo es presentar información de manera estructurada y ordenada.
Las tablas son herramientas visuales efectivas para resaltar comparaciones, relaciones y patrones entre diferentes conjuntos de datos. En enciclopedias, o libros con características enciclopédicas, las tablas pueden ser un elemento ilustrativo más que informativo.
También podemos encontrarlas bajo la denominación de cuadro e incluso gráfico. Básicamente, esto dependerá del criterio editorial que se escoja para el libro o la colección.
Martínez de Sousa establece la siguiente diferencia entre tabla y cuadro. «Cuando se relacionan entre sí partes textuales, lleven o no cifras u otros datos, se trata de un cuadro». Mientras que se trata de una tabla si el contenido son «cifras dispuestas para hacer cálculos».
En qué tipo de publicaciones se usan las tablas
Se pueden emplear en todos, pero, obviamente, ganan con diferencia los libros de no ficción. Así, podemos encontrar tablas en diccionarios, enciclopedias, libros de referencia, de texto y libros prácticos, como los recetarios, de manualidades, en las guías de viaje, etc.
Casi con total seguridad nos toparemos con tablas en libros técnicos y científicos; en manuales o guías de procedimiento y universitarios; en memorias, anuarios, tesis, monografías e informes, como en el Informe de la Comunicació a Catalunya que se aprecia a la izquierda en la siguiente imagen. Por supuesto, también hallaremos tablas en periódicos y revistas.
En los libros de ficción pueden emplearse para presentar una lista de personajes o de lugares. En este caso, las tablas pueden no llevar filete o solo hacer visible algunos de ellos.
Por ejemplo, en la novela de fantasía épica Asalto al Pico del Águila se recurrió a una tabla para presentar información sobre los personajes.
Cómo interviene el diseñador o maquetador en la composición de tablas
La maquetación de tablas desafía la destreza del profesional encargado del trabajo, ya que debe equilibrar de modo eficaz el uso del espacio para evitar la saturación visual.
Por otro lado, debe mantener un nivel óptimo de detalle, lo que permitirá que los lectores accedan a información precisa sin sentirse abrumados por la densidad de datos.
Lo cierto es que muchas veces el diseñador o maquetador no tiene la posibilidad de crear desde cero tablas para un libro. Los motivos pueden ser diversos:
- el autor o el editor quieren que las tablas salgan tal cual están en el documento original (y no está dispuesto a recibir sugerencias);
- urge la publicación del libro y no hay tiempo suficiente de producción para generar nuevas tablas;
- no se acordó de antemano la conceptualización y visualización de la información en tablas y no se incluye en el presupuesto.
Cabe resaltar que definir y aplicar estilos de tablas no es el mismo trabajo que conceptualizar y diseñar tablas donde no existen aún; diferencia que también vale para la generación de infografías, gráficos, figuras y diagramas.
Conceptualizar y diseñar tablas es un trabajo más arduo y largo, ya que se debe ejecutar un editing de los párrafos para sintetizarlos; interpretar y abstraer información de los textos; desarrollar un esquema de presentación y, además, definir la estética y aplicar el estilo que tendrán todas las tablas del libro.
Es importante conocer esta diferencia si vas a encargar el trabajo a un profesional, porque habrá diferencia en la tarifa y en el tiempo de ejecución del trabajo.
De la misma manera, la información de esta entrada te será realmente útil para controlar y valorar el trabajo que hacen con tu obra.
Sin embargo, hay muchos aspectos de la composición de tablas que sí dependen de quien maquetará el libro. Algunas de ellas son las que abordo en este artículo.
Algunas sugerencias para maquetar tablas para tus libros
Estas son algunas consideraciones que puedes aprovechar cuando tengas que maquetar tablas.
Ciertas sugerencias te serán más útiles si se trata de tus libros y otras lo serán si es para tus clientes. En este último caso, ponerte en el lugar del autor o el editor puede beneficiar el flujo de trabajo.
Jerarquiza y agrupa información
Analiza si lo que has escrito puede representarse de forma gráfica para facilitar la comprensión de la información. Agrupa la información relacionada para ayudar a la interpretación. Y, además, piensa si se pueden organizar los datos de manera lógica y jerárquica en filas y columnas.
Las tablas con jerarquías bien definidas ayudan a simplificar información compleja. Divídela en categorías y subcategorías para hacerla más manejable y comprensible.
Evalúa si has escrito sobre elementos que están relacionados. Con ellos puedes elaborar una tabla comparativa para facilitar la evaluación de similitudes y diferencias.
Se pueden crear tablas para reemplazar texto, pero también para reforzar una idea. Esto ayuda a los lectores a conectar de un vistazo con la información y retenerla con mayor eficacia.
Con la misma lógica, las tablas colaboran en la ubicación de informaciones específicas en una página y en el libro. Las tablas son un reclamo visual para la atención y atrae al ojo más que un párrafo.
Considera el tamaño de la publicación y su encaje con las tablas
Maquetar tablas con sensibilidad al espacio en la página es vital. Las tablas pequeñas se ajustan con más facilidad a todo tipo de tamaños de publicaciones, pero no así las que son complejas.
Una tabla con varias columnas no es adecuada para un libro de formato pequeño, como 5 × 8 pulgadas o 12 × 20 centímetros. Habrá que usar una fuente muy pequeña o el contenido de la tabla quedará todo apretujado.
Por el contrario, una tabla ancha y extensa encajará muy bien en libros cuyo tamaño son 8,5 × 11 pulgadas, 17 × 24 centímetros o A4.
Evalúa las tablas en el conjunto de la publicación
Es vital analizar la cantidad de tablas que tiene el original y la estructura de las tablas. Esto influirá en otros aspectos, como la selección de la fuente y los sombreados y los filetes.
Hazte estas preguntas para analizar y obtener una visión general de la composición de las tablas:
- ¿Cuántas tablas hay en el original? ¿Son pequeñas o grandes? ¿Son anchas o largas?
- ¿Se adaptarán bien al tamaño de libro escogido o debo valorar un cambio de formato?
- ¿Qué fin tienen las tablas? ¿Presentar información de manera esquemática o mostrar datos numéricos?
- ¿Contienen texto, cifras o ambos? ¿Aparecen también fórmulas, viñetas u otros elementos?
- ¿Llevan título, fuente, notas al pie u otra unidad textual?
Estas y otras preguntas te ayudarán a hacerte una idea cabal y general del tipo de tablas que tienes entre manos.
Analiza si todas las tablas irán en vertical o precisarás colocar alguna de forma apaisada. Imagina cómo quedarán en esta disposición en relación con los folios explicativos y la numeración.
Se debe estudiar cómo la presentación de datos puede afectar la legibilidad global y la experiencia del lector.
Escoge la tipografía adecuada para maquetar tablas
La maquetación de tablas se convierte en una herramienta poderosa cuando se combina con técnicas de tipografía seleccionadas a conciencia. La elección de la fuente y sus variantes contribuye a una presentación ordenada y estéticamente agradable.
Emplea una fuente que sea consistente con el diseño general del libro porque dará una apariencia uniforme y profesional.
Una fuente y sus variantes o familia tipográfica es suficiente. La mayoría de las veces —por no decir todas—, utilizar dos fuentes para un elemento gráfico carece de sentido.
Por ello, sugiero que escojas una fuente con muchos pesos o estilos, ya que te dará mayor libertad.
Generalmente, una tipografía sin serifas contribuye a la legibilidad de las tablas. Si te decantas por una tipografía con serifas asegúrate de que funciona bien con el contenido de las tablas.
Si son tablas con mucho texto, decántate por fuentes con estructura delgada, ya que entrarán más caracteres en las celdas. Fira Sans y sus versiones condensadas —Barlow Condensed, Advent Pro, Alegreya Sans— pueden ayudarte.
Por el contrario, si las tablas son más bien pequeñas y el tamaño del libro es grande, o su contenido es poco y no quieres que se vean pequeñas, tal vez prefieras una tipografía más rellenita. Montserrat, Epilogue y Faustina son buenas opciones.
Además, considera que puedes usar variantes para resaltar encabezados, cifras o talones y totales. Me refiero a negritas, cursivas, negritas cursivas y versalitas.
Elegir la tipografía adecuada para maquetar tablas es crucial para garantizar la legibilidad y la claridad de la información presentada.
Define la alineación de los textos y las cifras
Las seis posibles alineaciones son tres en sentido horizontal: izquierda, centrada y derecha; y tres en sentido vertical; arriba, centrada y abajo.
Además, los textos que hay que alinear son varios: el de los encabezados y subencabezados, el de las filas, las columnas, los totales y los talones (primera columna), considerando si son letras o números.
También hay otros textos que no están dentro de las tablas, pero forman parte de ella. Me refiero al título y al subtítulo de la tabla, como también a las notas o referencias y la fuente.
Según el tipo de información que tiene la tabla y de si esta se presenta con texto o cifras, considera las siguientes sugerencias:
- En columnas de texto, como descripciones o nombres, alinea las frases por el margen izquierdo. Esto crea una estructura visual ordenada.
- Alinea los encabezados de columna con el contenido que representan debajo. Esto ayuda a los lectores a asociar rápidamente la información.
- En columnas de texto amplias, con explicaciones extensas, puedes utilizar el justificado para crear un aspecto limpio y ordenado. Usa siempre la separación en sílabas para no generar espacios antiestéticos.
- Puedes combinar diferentes alineaciones de columnas en una misma tabla. Por ejemplo, a la izquierda y centrada para los textos y a la derecha para los números.
- En columnas numéricas, como cifras monetarias o valores estadísticos, alinea los números por el separador decimal. Esto permite una comparación precisa.
- Si tienes datos de fecha, como fechas de eventos, alinea las fechas hacia la derecha para facilitar la comparación temporal.
- Escoge una alineación vertical para el interior de todas las tablas y mantenla a lo largo del libro. Esto ayudará a dar coherencia estética y no despistar al lector.
Por último, también queda mencionar la alineación de la tabla en relación con el diseño y la retícula del libro.
Si estás utilizando gráficos junto a la tabla, asegúrate de que la alineación de todos los elementos gráficos coincide.
Sopesa la aplicación del color o escalas de negro
Los tonos o degradados de negro en una tabla pueden mejorar la legibilidad y el atractivo visual. El uso del color o únicamente de grises estará determinado por la impresión interior que escojas.
Antes de decidir sobre el color o el degradado es esencial entender el propósito de la tabla. ¿Estás tratando de destacar cierta información? ¿O simplemente estás buscando una estética agradable?
Asegúrate de que el color o el degradado no afecte la legibilidad del texto. Es vital tener un contraste adecuado entre el texto y el fondo.
Por otro lado, cerciórate de ser consistente en la aplicación del color o los grises: las celdas o columnas similares deben tener el mismo color o degradado para evitar confusiones.
No emplees demasiados colores, degradados o motivos de relleno de celda, ya que pueden distraer al lector del contenido principal. Una tabla debe ser fácil de leer y entender.
Si la tabla es grande, un degradado puede no ser la mejor opción, porque puede abrumar al lector. En tablas más pequeñas, un degradado puede añadir un toque estético sin ser molesto.
En caso de que te decantes por los colores, ratifica que sean tonos complementarios y que no choquen entre sí.
Al aplicar color o degradados a una tabla, el objetivo principal debe ser mejorar la legibilidad y la presentación de la información, no solo hacerla bonita. La estética es importante, pero la función y la claridad siempre deben ser prioritarias.
Un último consejo
Estos son solo algunos consejos generales para maquetar tablas para un libro. Hay otros y algunos de ellos más específicos, más finos, que trataré en otro artículo.
De todas maneras, lo expuesto aquí siempre conforma el puntapié inicial de la maquetación profesional de tablas para cualquier tipo de documento.
Además, compartir consejos sobre la confección de tablas fomenta la colaboración y el intercambio de ideas entre profesionales de la edición, lo que puede conducir a un enriquecimiento mutuo.
Una última recomendación: haz pruebas con la tabla más compleja que tenga tu libro. Imprime esos bocetos y haz pruebas en diferentes tamaños para asegurarte de que es clara y legible en todas las condiciones en relación con la página.
¿Qué problemas te encuentras a la hora de componer tablas para un libro? ¿Qué otras cuestiones deben tenerse en cuenta para la maquetación de tablas?